Una vez más, un representante del Gobierno cubano expresa las auténticas características del Estado insular: patriarcal, misógino, machista y discriminador.

Una vez más, un representante del Gobierno cubano expresa las auténticas características del Estado insular: patriarcal, misógino, machista y discriminador.
Estos creadores se suman a los quince artistas encarcelados a lo largo de todo el país, por los que sostenemos una campaña de liberación.
“Al matar a Alexei, Putin mató la mitad de mí… Pero aún conservo la otra mitad, y eso me dice que no tengo derecho a rendirme”.
“El ODC expresa su desacuerdo con la creación y utilización de rituales destinados a gobernar la vida y formación de los cubanos”.
“La estrecha vigilancia ética a la que García Ramos somete al régimen que lo constriñe se redobla cuando juzga sus propias tácticas de supervivencia”.
El ‘Diario de Kioto’, de Ernesto Hernández Busto describe cómo, antes de dominar su arte, el espadachín japonés debe aprender a estarse quieto sobre una columna de cuatro pies.
Leo ‘Tía buena. Una investigación filosófica’ (Círculo de Tiza, 2023), de Alberto Olmos.
Ser cubano es una combinación sin igual de presunciones y malentendidos, que implica aceptar una condición cada vez más patética y abstrusa.
Keila Vall de la Ville (Caracas, 1974). Escritora y antropóloga. Fundadora del movimiento Jamming Poético y coeditora de las plaquettes ‘Mermeladas para llevar I, II y III’, y de la antología ‘102 Poetas en Jamming’. Además, es autora de la novela ‘Los días animales’.
‘Un quilo prieto’ es una entrega de la serie ‘Cosa seria’, una columna de opinión del artista Omar Santana, en ‘Hypermedia Magazine’.
Fulanito Pérez sale del baño. Siento tremendo asco: los mensajes a las alumnas vienen desde hace meses. Le digo todo lo que he visto. Me arrebata el teléfono.
No proyecta un comportamiento que podríamos reconocer como locura maníaca o agresiva, sino que es proclive a la euforia y emociones ‘desbordadas’ de alegría.
Los “estadounidenses accidentales” presentan una demanda solicitando la devolución de su dinero tras renunciar a sus ciudadanías.
Los murales de gatos y negros bembones que hoy en día inundan el casco histórico de Camagüey (y que el tiempo, gracias a Dios, ha ido borrando) no tienen una gota de cubanidad. Son, única y exclusivamente, la idea del falso nacionalismo rellenando monederos: el falso nacionalismo a merced de una falsa nación.
“La evolución tecnológica de la sociedad ha relegado al arte a un espacio elitista y marginal en términos de experiencia. Hoy en día tiene más influencia, en el imaginario colectivo, un estúpido video de TikTok que una pintura de Picasso o Kiefer; eso es la tónica de nuestra época”.