Newsweek: “Ucrania utilizó drones de largo alcance para atacar los radares estratégicos de alerta temprana de Rusia. Destruirlos fue una gran provocación”.
Newsweek: “Ucrania utilizó drones de largo alcance para atacar los radares estratégicos de alerta temprana de Rusia. Destruirlos fue una gran provocación”.
Días de gloria. El mar por la mañana, por las tardes, al anochecer. Arena blanca, limpísima.
El portavoz presidencial, Dmitry Peskov pone en duda la participación cubana, ante la ausencia de detalles concretos y remite las posibles preguntas al Ministerio de Defensa.
“tinturas naranja y solares / cubren la cara del bufón, / su corazón: un circo de ocasión”.
Vogue: “Un nuevo libro de A24 explora cómo visten los directores de cine”.
“Según declaró el domingo el jefe de la Comisión de Defensa de la Cámara Baja rusa, Andrei Kartapolov, a la agencia de noticias estatal RIA”.
The Atlantic: “El movimiento político de Trump introduce a los votantes más jóvenes en su tipo de camaradería”.
NBC News: “Funcionarios israelíes han amenazado con una ofensiva militar en Líbano si no se llega a un final negociado para alejar a Hezbolá de la frontera”.
Consumimos obras de Leonardo Padura porque todavía tenemos fe en un sentido textual que explique nuestra existencia individual y nuestra experiencia histórica.
Leemos a Padura porque, en tanto pueblo, seguimos negándonos a asumir el vacío de significados con que, década tras década, nos ha ido difuminando la Revolución, para colmo sin contar con nosotros.
“No estoy muy segura de ser una poeta cubana, aunque haya nacido en Cuba y la comunidad de poetas cubanos de Miami me haya adoptado como una de los suyos sin cuestionarse demasiado mi pertenencia”.
El enfermero de guardia (Reynier Morales) en la Sala-R, se encuentra en una encrucijada: La delgada línea entre cordura y locura. Su condición social lo presiona a no equivocarse.
Sueño que Corvus Jones, bajo el heterónimo de Michael H. Miranda (Cueto, Holguín, 1974), publica ese libro improbable, y lo titula ‘Asilo en Brazos Valley’.
En este momento, cuando el arte latinoamericano rompe la barrera del millón de dólares, la obra de Arturo Cuenca (1955-2021) es lo que no se espera de América Latina: cero folclor, cero ‘fantastic’, cero atmósfera, cero otredad. Pero él es absolutamente latinoamericano, a lo Borges.