“Un libro así debería poder ser leído en los más de siete mil idiomas que existen. Seguro que en cualquiera de ellos provocaría la misma sonrisa, un tanto amarga, que el original”.

“Un libro así debería poder ser leído en los más de siete mil idiomas que existen. Seguro que en cualquiera de ellos provocaría la misma sonrisa, un tanto amarga, que el original”.
En lo que toca al racismo, la exclusión es atmósfera y trasfondo: respiración intervenida y trazos que procuran reescribirte. Y esa violencia vuelve y se refina.
¿Qué cine ven los críticos cubanos? ¿Cuál es el mejor cine de los últimos tres años? ¿Existe un cine para cinéfilos? ¿Es la cinefilia un pecado?
“Dos artefactos explosivos colocados a lo largo de la carretera que conduce al cementerio fueron detonados a distancia por terroristas”, según declaró un funcionario iraní.
El senador Bob Menéndez se enfrenta a nuevos cargos en una acusación revisada por presuntamente utilizar su influencia para negociar un acuerdo de inversión qatarí.
El atentado tuvo lugar en un barrio chií de Beirut, conocido por ser un bastión de Hezbolá, lo que puede desembocar en una guerra total en la frontera norte de Israel.
María A. Cabrera Arús aborda en sus investigaciones el impacto de la cultura material en la legitimación de regímenes socialistas. Es creadora y gestora del proyecto Cuba Material, un archivo de la cultura material cubana.
Las prestaciones de la Seguridad Social aumentan un 3,2% para más de 71 millones de estadounidenses en 2024, reflejando los ajustes por el aumento del coste de la vida, con un nuevo calendario de pagos.
El papa Francisco condena la represión de la Iglesia católica en Nicaragua, tras la detención de sacerdotes y un obispo.
En À la recherche du temps perdu, un “Ya me duermo” o un “Buenos días” son literatura, sin que para ello tengamos que percibir el resonar del artefacto literario. Proust transforma las estructuras sintácticas sin hacer ruido, las tapiza con el mismo corcho que cubría las paredes de su cuarto.
He continuado denunciando el castigo ilegal del gobierno cubano a los profesionales, condenados a ocho años de separación familiar; así como el trabajo esclavista en las misiones médicas.
Conocí a Raúl Cordero en La Habana a mediados de los años noventa, pues viví por un tiempo frente a su apartamento en la Avenida de los Presidentes. Su personalidad y su arte me cautivaron inmediatamente. Vivía como le daba la gana, pintaba cuando quería, escuchaba buena música, sabía mucho de todas las artes y jugaba al tenis, como yo.
A pocos metros del glamur de los hoteles Manzana Kempinski y Packard, se extiende una ciudad desvencijada, con aguas pútridas en mil y un lugares, vertederos… Casi toda la capital es como un basurero enorme con vista al mar, un garbageland. Sus fronteras se han ido extendiendo con el tiempo, y ni siquiera las frena el litoral.