Hay quien viaja por las dimensiones. Solo cierra los ojos y accede a ese otro espacio que se enreda con este lugar. Hilos de luz se mueven eléctricamente aquí y allá, líneas simétricas forman el espacio, dirigen el curso cambiante del ahora y, de pronto, esta realidad ya no regresará.
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Jsik tiene los ojos bien grandes y dice “soy médium” como si de algo extraño se tratara. Viaja por las dimensiones con gran facilidad. Su madre le cree, sus amigxs le creemos. Sabemos que el amor es la vibración más alta, y así vivimos, nos sanamos y avanzamos en el presente.
Jsik es humana porque vino a aprender. En esta piel pertenece a una tercera dimensión ascendiendo a la cuarta, aunque como es parte de dios pertenece a todas las dimensiones. Aquí pasa difíciles pruebas que le enseñan a amar, y se encuentra con seres de otras reencarnaciones que saben que están cumpliendo una misión: sembrar la semillita de amor, elevar la vibración del planeta.
Ha experimentado el amor en otras dimensiones y asegura que no se siente como en la Tierra, sino que sucede por lo que eres. Es completo, sin carencias. Sana, es libre, trasciende todas las barreras. Es paz, luz , amor. Es todo, el amor hacia todo, hacia todos los seres, hacia el planeta.
Se tiene conciencia de que todos somos uno, tú eres yo y yo soy tú, entonces el amor se experimenta en todo. Ese amor puro. Y haces las cosas por amor, ayudas por amor, todo lo haces por amor, todo lo haces por amor.
Es muy rico en esas dimensiones porque es la esencia, y es luz. Es lo que nosotros en este plano estamos experimentando, poco a poco cada vez más ese amor puro, y estamos encontrando que nuestra esencia verdaderamente es amor. Mientras más despiertos estemos, mientras más se eleve la vibración del planeta, iremos experimentando formas más sutiles. Algo así me dijo.
Dh es una niña pero tiene informaciones muy valiosas en su conciencia. Al parecer ha explorado dentro de su subconsciente más de lo debido, y se ha encontrado a sí misma, dentro de una sociedad violenta e incomprensiva. Su mente, destrozada, se ha dividido en dos partes, y tiene tanto poder que se marca en cicatrices sobre su piel.
Dh se fue de casa y está viviendo en una isla deshabitada. En las noches se viste con hermosas telas y se va a cantar a la playa. Canta a las estrellas, y pide un camino.
Ella prefiere ascender, pero sabe que está atada a esta dimensión hasta que haya comprendido lo que debe hacer aquí, hasta que se haya limpiado y sanado. Aun así, se enferma en la ilusión de un más allá, con la verdadera familia que es el universo entero, y la paz, el amor.
En su mente, un conflicto interno va destrozando sus momentos presentes. Culpa a los demás, demasiado dolor. Y ríe compulsivamente, para volver a ese mar calmado y ver las flores de las estrellas reflejadas entre las olas. No tiene nada que hacer aquí, sus caminos cerrados entre los edificios y los carros. Se escapa hacia el universo que tiene dentro al cerrar los ojos. Y ve como llueven meteoritos, destrozando, creando un espacio vacío, un paisaje de paz.
oewerbala vive lejos. El camino de piedra a su casa ya está cubierto de plantas. Rodeó su casa de ocho árboles sagrados, en círculo, y de ellos se desprende una espiral de árboles que forman un bosque. La espiral se amplía en la distancia.
oewerbala dice que con cada árbol que siembra se corre el límite de su casa, pues cada árbol es su hermano. Conecta los árboles con líneas de semillas, respeta cada ser vivo y cada fuerza que vive en el terreno que infinita su hogar.
owi dice que los árboles son realmente su familia. Quisiera que legalmente se reconociera la relación de lxs humanxs con la naturaleza, para así concientizar el amor que le debemos.
Siente que cada vez que un árbol es talado, un hermano suyo está siendo físicamente asesinado, y pide que en el Código de Familia se reconozca la legitimidad de su sentir, para así poder defender a sus hermanxs vegetales de sus hermanxs bípedos.
Él cree firmemente que no podríamos vivir alejados de la naturaleza, por eso nuestro deber es siempre con la vida, que es irremediablemente el bando al que pertenecemos hasta el día de nuestra muerte.
Tiene una amplia variedad de plantas maestras, y teme que su terreno le sea retirado si se descubre que planta ciertas especies ancestrales. Sufre que su país esté dirigido por personas enfermas, y que desde el poder se tomen decisiones que van en contra de cada ser vivo, incluidos los que toman las decisiones. Cabe destacar su relación con los animales, y con la poesía, ser que ronda en cada imagen de su creciente terreno.
Pablo Romero
Pablo Romero (Argentina, 1999) es poeta, editor y traductor. Autor de ‘Los días de Babel’ y ‘La jaula del hambre’. Desde el 2019 codirige Aguacero Ediciones, editorial de poesía y traducción.