“Sería tan fácil como cruzarse de brazos: huelga general. Así fue como cayó Machado. Y ya Díaz-Canel dejó chiquito a Machado. Y a Batista. Parece empeñado en lograr lo que no pudo Weyler”.
“Sería tan fácil como cruzarse de brazos: huelga general. Así fue como cayó Machado. Y ya Díaz-Canel dejó chiquito a Machado. Y a Batista. Parece empeñado en lograr lo que no pudo Weyler”.
Ahora Martí convertido en tatuaje, convertido en dibujo seductor, jugaba de nuevo un papel fundamental.
No se reduce a reconocerlos ni a desconocerlos, sino a evitar que sean factores de contagio: que no sean conductores de juventudes y tengan el menor contacto posible con la niñez que surge.
El Estado Islámico reivindica la autoría después de que hombres armados con uniforme de combate abrieran fuego y, al parecer, detonaran explosivos en el Ayuntamiento de Crocus.
La negligencia fiscal y las erráticas políticas empresariales pueden hacer descarrilar el sueño de un Singapur en El Salvador, sostiene Bloomberg.
Aunque sea improbable el antiguo sueño de una sociedad de seres individuales, libres y cultos, no es posible renunciar a tal sueño.
El interés de Trump por Marco Rubio es especialmente estratégico, teniendo en cuenta su atractivo demográfico y político.
“Nos une el hecho simple de convivir en una isla quimérica, desolada, donde reinan el agobio, el utopismo cínico, la violencia, la ocultación y la orfandad espiritual”.
“Nos hallamos frente a unas páginas de valor excepcional para quienes deseen respirar el turbio aire de esa época politizada, en que el oxígeno desaparecía rápidamente hasta dejar a una sociedad en la total asfixia”.
Trabajé cuatro años para ellos. Aproximadamente 12.000 CUC me robó el gobierno en Cuba cuando abandoné la misión. La familia no tiene derecho a extraer ese dinero. Solo el colaborador puede hacerlo. Pero no me permiten la entrada al país.
Cuando el Escriba-no de estas líneas insiste en estos detalles, procederes y sucesos que giran alrededor del curioso caso de la literatura cubana, es porque hace ya tiempo que debemos reparar en que, en efecto y lastimosamente, resulta francamente imposible y fatalmente inimaginable que podamos pensar en el pasado sin rencor.
El presentismo no es historia, sino falsa moral vestida de historieta. Vivimos tiempos de ideas desatinadas, de rectificaciones de “errores” de la historia. Manan malevolencias desde el pasado y nada ni nadie se salva: la matemática es racista, la física es racista y sexista, la arquitectura es sexista, Shakespeare es racista, Beethoven es clasista…
“Una cosa es la clasificación que se haga de un régimen y otra, la manera de nombrarlo en un texto periodístico. Esto tiene que ver también con la polarización que hay en el caso cubano. Algunos lectores a veces comentan y nos increpan que por qué le decimos gobierno a lo que solo es una dictadura”.