Escribir es diseñar el destino, apresurarlo, convocarlo y hasta planificarlo, dentro de eso que los físicos místicos denominan ‘conciencia no local’.
Escribir es diseñar el destino, apresurarlo, convocarlo y hasta planificarlo, dentro de eso que los físicos místicos denominan ‘conciencia no local’.
Contrario a lo que la mayoría cree, el progreso era solo una ilusión. Los grandes misterios seguían allí. Como verdades inamovibles.
De cuando las dedicatorias a los amigos aparecían en plena patria republicana, casi sin proponérselo, como si la concordia entre cubanos fuera lo más natural.
“Larga vida a Alexey Navalny”, rezaba un mensaje en el sitio web pirateado, acompañado de una foto de Navalny y su esposa Yulia en un mitin político.
Haití, el país más pobre del hemisferio occidental, lleva mucho tiempo siendo un país disfuncional y plagado de violencia.
Un tribunal ruso prorroga hasta el 5 de junio la detención preventiva de la periodista, que se enfrenta a 15 años de cárcel acusada de difundir “información falsa”.
El cine cubano, que ganó popularidad y fama en el pasado, es cosa del pasado y que no es probable que se regrese a los “tiempos dorados”.
Sólo escribo. Cuando lo hago, soy libre. Es cuando único soy libre. Antes lo hacía para comer y era respetado. Escribía por encargo. Y sólo por encargo. Ahora lo hago porque soy libre.
Los puntos más conflictivos de la frontera pueden cambiar de la noche a la mañana, y tan rápido como se contiene una zona, aparece una nueva “zona cero”.
Este es el novelista cubano que se le escapó al lazo corredizo de la crítica de los Rojas, los Duaneles y los Fornet. Este sujeto huyuyo se le escapó incluso a la mafia de Miami. Estoy hablando de un tipo capaz de salir indemne de la corrección política, en una Norteamérica que nunca fue tan poco great como lo es ahora.
“Mi interés giraba en torno a los rituales que suceden en la cocina, a los procesos creativos, a los métodos de elaboración… Cocinar y comer representan una fiesta, un performance, un acto de convivencia, de comunicación, un ritual en el que se transmiten e intercambian valores culturales”.
Cuando hablo de cine independiente cubano, no estoy lidiando con un axioma. No es cuestión de establecer podios donde se premien los más independientes entre los independientes, sino de múltiples e igualmente válidas opciones de ser y expresar, con “una cámara en la mano y una idea en la cabeza”.
Es inútil pedir cambios al Decreto 373 mientras no cambie el gobierno actual. Yo no puedo coger una pistola y matar a Díaz-Canel, a Ramiro Valdés, a Raúl Castro, o a López-Callejas, porque no soy ni héroe ni asesino ni kamikaze. Pero en la pantalla cobran vida mis demonios, y ahí sí puedo hacer cualquier cosa…