Imposible no llegar a las lágrimas al pensar que esa sonrisa franca de trompeta de carnaval no estará esperándonos tras la puerta de su apartamento oloroso a puerco y pollo al horno.

Imposible no llegar a las lágrimas al pensar que esa sonrisa franca de trompeta de carnaval no estará esperándonos tras la puerta de su apartamento oloroso a puerco y pollo al horno.
Cultivar el odio es clausurar las vías civilizadas para bregar con la injusticia, es —a fin de cuentas— invitar a la violencia. Toda expresión de odio es un búmeran que lanzamos, sin saberlo, contra nosotros mismos.
A Mike Porcel no le permitieron la salida hasta finales de los años 80. Para su persona se reservó el rechazo y escarnio generalizados. Era otra manera de la embestida gubernamental para humillar la personalidad de una figura pública.
Obama señaló: “Ya han muerto miles de palestinos en los bombardeos de Gaza, muchos de ellos niños. Cientos de miles han sido desplazados de sus hogares”.
En medio de la escalada de tensiones en Gaza, un segundo convoy de 14 camiones de ayuda entró por el paso fronterizo de Rafah.
Un ataque israelí contra un campo de Gaza causa 38 muertos; las conversaciones sobre el alto al fuego se estancan.
“Bohemian Rhapsody”, la icónica epopeya rock de Queen, rompió barreras en la música y la cultura. En su 45 aniversario, celebramos su legado.
Annette Bening protagoniza ‘Nyad’, un biopic de Netflix que celebra la tenacidad de Diana Nyad, que nadó de Cuba a Florida a los 60 años.
Fernando Almeyda (La Habana, 1992) es abogado y activista por los derechos humanos. Vive expatriado en Serbia.
Las editoriales independientes son turbinas de acción demasiado ruidosas para el egocentrismo de este sistema totalitario, un animal que podría resultar demasiado vivo; y en caso de ser legalizadas, ¿podrían publicar libremente?
El álbum de Léos Carax estaba lleno de fotos de axilas. Fotos de las axilas de las actrices más bellas del mundo, las actrices con las que todos soñamos… Y no era nada sexual: era sensual. Pero ni siquiera eso: era como cuando un niño cubano te enseñaba su libro de papelitos de caramelos en medio del Período Especial.
Todavía no he conocido a un hombre que se resista a un dedo bien metido en el momento exacto. Porque esa es la clave: detectar el cuándo. Y, por supuesto, haberse cortado a rente la uña del dedo que se pretenda emplear, y la del dedo de al lado, por si acaso.