El actor Matthew Perry murió por los efectos agudos de la ketamina, un fármaco del que ingirió la última dosis una semana antes.

El actor Matthew Perry murió por los efectos agudos de la ketamina, un fármaco del que ingirió la última dosis una semana antes.
Éramos niños con el juguete nuevo de la solvencia y la libertad. La televisión instauraba una perdedera de tiempo hedonista, que muy pronto se trastrocaría en horas y horas de Fidel Castro acaparando cada cámara y cada micrófono, denunciando a enemigos eternos y proscribiendo por igual a comediantes y vedetes.
‘Estadofallido’ es una entrega de la serie ‘Epizootia’, una columna de la artista Camila Ramírez Lobón en ‘Hypermedia Magazine’.
Mientras Occidente duda sobre el apoyo a Ucrania, Putin promete continuar la guerra, citando la resistencia económica de Rusia y sus objetivos inalterados.
Los republicanos autorizan la apertura de un procedimiento de impeachment contra el presidente, por presunto abuso de poder vinculado a los negocios de su hijo Hunter.
Basta ya de seguir creyendo en la Utopía. ¿Qué clase de martirio inútil es ese?
La guerra entre Israel y Hamás se intensifica con mortíferos combates urbanos; el número de muertos en Gaza supera los 18 600.
El “milagro” de Guyana encandila al ineficaz régimen venezolano.
Brasil envía a su hombre fuerte para las relaciones internaciones, con el objetivo de resolver la escalada entre Venezuela y Guyana. Al mismo tiempo, acantona el ejército en la frontera.
El tipo se hace una paja al lado tuyo en el almendrón. La paja es algo coyuntural: ¿por qué tendrías que molestarte? El gremio de machongos que se dan palmaditas en los hombros, te miran y dicen: “oh, qué niñita, qué bonita, qué cosita, qué palabritas”. Tú no te atrevas a quitarle el hombro al intelectual que quiere verte de rodillas, con la boca abierta, tragando ausencia.
Las imágenes que se despliegan en las pinturas de Juan Miguel Pozo son portales semánticos. El artista describe su obra como “experimentos con el lenguaje”.
Ángel Pérez está considerado uno de los críticos cubanos más insaciables y lúcidos de su generación: “Si escribir bien es hacerlo con estilo, con profundidad en las ideas, con rigor en la argumentación del criterio, si eso es escribir bien…, estamos jodidos”.
Después de Como los peces, Carlos Varela nunca cantó en tribunas abiertas, nunca apareció en ningún video clip de Cubavisión para celebrar el aniversario de los CDR o las FMC, no se subió tampoco a ningún tren colectivo a conmemorar el glorioso día en que Fidel Castro, no sé, se limó por última vez las uñas de las manos antes de atacar el Moncada.