Javier Ernesto Morales Cuadra, a quien la dictadura donó dos valiosas propiedades en Tola, es asistente y “sombra” del dictador Daniel Ortega.
Javier Ernesto Morales Cuadra, a quien la dictadura donó dos valiosas propiedades en Tola, es asistente y “sombra” del dictador Daniel Ortega.
Una vez más escribo, que es lo mismo que explotar. Una vez más cada pedacito de memoria queda esparcido por el aire. Público. Impúdico.
De cuando el mar y el piano se vieron frente a frente por primera vez bajo la mirada de una mujer. Por los bienaventurados que en un territorio hostil hacen del amor un enclave.
La inflación estadounidense se ralentiza hasta el 3,1%, enfriándose desde el máximo del 9,1% alcanzado a mediados de 2022.
El anuncio, hecho público a través del registro del Ministerio del Interior, supone la primera vez que Rusia pone en su punto de mira a un dirigente extranjero.
Ataques aéreos israelíes sobre Rafah, Gaza, en el inicio de las conversaciones para un alto el fuego de 6 semanas. Se critica la escalada, pues deja sin escapatoria a más de un millón de refugiados.
Estados Unidos decomisa de un Boeing 747 vendido ilegalmente por Irán a una empresa venezolana, alegando violaciones de la ley de exportación.
Este dibujo de Pablo Rosendo es un himno de paz, de bondad. El artista nos dice que hasta los extremos que parecieran más irreconciliables pueden negociar bajo la égida del amor.
La migración en América Latina se revela como una táctica económica y política clave, con líderes explotando los flujos migratorios y el sostén de las economías a través de las remesas.
La decisión de Luis Manuel Otero de concebir el arte como plataforma política, que fundamenta las bases del Movimiento San Isidro, implica no quedarse en los límites del comentario político, que es como se refiere a gran parte del arte de finales de los ochenta y los noventa en Cuba.
Una parte de la comunidad intelectual cubana se ha pronunciado respecto a la situación actual de Luis Manuel Otero. Donde cada uno de nosotros se ha expuesto desde la palabra, ese joven ha expuesto su cuerpo. El suyo es el cuerpo de una generación. Su suerte también será la nuestra.
Nos enseñaron a ser miserables, y el miedo fue nuestro credo. Miedo a pensar diferente, a decir “hasta aquí”, a trazar una raya, tomar aliento y gritar: ¡Esto es una pinga!, y que se apartaran de ti, apestado, apátrida, contrarrevolucionario, antisocialista.
Cuando el gobierno de un país no actúa a cabalidad ni a la altura de las expectativas, los símbolos patrios devienen expresión última de nuestra inconformidad, nuestras angustias y nuestras esperanzas. El único modo efectivo de hacer oír nuestro reclamo.