Justina Orozco Jirón se ve obligada a exiliarse tras ser coaccionada a pedir disculpas al presidente Ortega y renunciar a sus derechos.
Justina Orozco Jirón se ve obligada a exiliarse tras ser coaccionada a pedir disculpas al presidente Ortega y renunciar a sus derechos.
‘Rutina’ es una entrega de la serie ‘Cosa seria’, una columna de opinión del artista Omar Santana, en ‘Hypermedia Magazine’.
Los hoteles construidos, en medio de la debacle generalizada del país, son la prueba y el símbolo más fehaciente de esta falta de voluntad absoluta para cambiar. El eslogan es claro: son continuidad de un proceso de destrucción de la nación.
Hamás libera a un tercer grupo de rehenes en un intercambio con Israel, mientras Estados Unidos espera una prórroga de la tregua en medio del actual conflicto de Gaza.
En nuestras latitudes, tales maravillas botánicas son hijas del descuido y la desidia, que no del esfuerzo mancomunado o la mano de obra esclava.
El Vaticano bloquea las propuestas de los obispos alemanes sobre la aprobación de las relaciones homosexuales y la ordenación de mujeres sacerdotes, reafirmando las doctrinas tradicionales.
El alto el fuego entre Israel y Hamás gana terreno con la liberación de rehenes y prisioneros, ofreciendo una frágil pausa en el conflicto más mortífero de las últimas décadas.
Vivimos en un limbo sin derechos legales, con condenas más duras en muchos casos que las impuestas a los asesinos.
El ex agente Derek Chauvin, condenado por el asesinato de George Floyd, resultó gravemente herido tras ser apuñalado en una prisión federal de Arizona.
Los veinticinco años transcurridos desde la desintegración de la URSS hasta la reciente visita del presidente norteamericano Barack Obama, han visto a la sociedad cubana debatirse en un precario equilibrio entre la miseria y el orgullo, entre el agobio y la codicia, entre la ira y el temor, entre el nacionalismo provinciano y el autodesprecio servil.
Parte de nuestras agonías cubanas tienen que ver con la manera en la que nuestros padres vivieron aquello y cómo nos lo contaron, cómo lo trasladaron a nosotros.
Hay que quitarle el “aura”, ese falso zen al arte contemporáneo y a su espacio. Estamos hartos de su diseño cuidado, de los precios ridículos y el aspecto de regalo de Pascua perfecto de algunas obras.