Mientras los avances científicos redefinen los límites de lo posible, el negacionismo científico crece como un fenómeno preocupante.

Mientras los avances científicos redefinen los límites de lo posible, el negacionismo científico crece como un fenómeno preocupante.
Una conversación con el dibujante Alen Lauzán, el humorista gráfico Gustavo Rodríguez (Garrincha) y el escritor Jorge Fernández Era.
WSJ: “Las autoridades chinas clausuran discretamente a los vendedores de sustancias químicas y dicen que regularán otros precursores de opiáceos”.
“Es indudable el estrecho vínculo de la Alianza Francesa de Cuba con el comisariado cultural del patio, unidos en la pretensión de exportar una fachada de “normalidad” de la vida cultural del país“.
El peligro real te abraza en las mañanas y pronto te apuñalará por la espalda.
TikTok no es un lugar para conectar con otros. Es un sitio donde perder el tiempo.
“Mana, me voy del país. Venderé la casa con todo adentro. Haré la travesía hacia los Estados Unidos. Ya no resisto más…”.
El entramado de la prostitución trasciende al mero trabajador sexual para terminar involucrando a toda la sociedad.
Un halo de tristeza y esperanza para aquellos que se encuentran en la Isla y quienes han buscado un futuro allende los mares.
Cuando el Escriba-no de estas líneas insiste en estos detalles, procederes y sucesos que giran alrededor del curioso caso de la literatura cubana, es porque hace ya tiempo que debemos reparar en que, en efecto y lastimosamente, resulta francamente imposible y fatalmente inimaginable que podamos pensar en el pasado sin rencor.
El presentismo no es historia, sino falsa moral vestida de historieta. Vivimos tiempos de ideas desatinadas, de rectificaciones de “errores” de la historia. Manan malevolencias desde el pasado y nada ni nadie se salva: la matemática es racista, la física es racista y sexista, la arquitectura es sexista, Shakespeare es racista, Beethoven es clasista…
Queda entonces la Revolución, pero no como un movimiento reaccionario de retorno a una identidad perdida en África, sino como inmersión en los Orígenes.
La activista Calla Walsh, detenida por protestar violentamente ante Elbit Systems en NH, se enfrenta a cargos de disturbios y sabotaje.
Azatbek Omurbekov, conocido como “El carnicero de Bucha”, y el cabo de la Guardia Daniil Frolkin han sido sancionados por su implicación en las ejecuciones extrajudiciales de civiles.
Los migrantes que solicitan asilo en Estados Unidos se enfrentan a duras condiciones en campamentos no oficiales como los de Jacumba, en California.
Después de 24 años, un policía de Hamburgo resuelve el misterio de la desaparición de Claudia von Weiss en Cuba y pone fin a la situación de su familia en Dresde.
Líder del Grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin, ha muerto, según confirmaciones internas. Mientras crecen las especulaciones, el grupo pide cautela y evitar acciones precipitadas.
Un avión del jefe del Grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin, fue derribado por la defensa antiaérea rusa. Se cree posible la muerte de Prigozhin y de su adjunto, Dmitry Utkin.
El proceso legal que “encontró” culpables a esos 128 ciudadanos fue una mascarada; ya habían sido juzgados y condenados públicamente por el presidente de Cuba.
Nos encontramos ante una muestra donde se respiraba en la actitud artística la intención humilde de poner la otra mejilla. Desde una estética de la precariedad y en la disposición de crear como coraza ante circunstancias frustrantes.
La obra de Juan Miguel Pozo es el lugar de la libertad perfecta, esa libertad que es el privilegio de los artistas auténticos: «¿Puedes tener una lista de ideas comprometidas mientras estás en la lista VIP de todas las ferias internacionales? ¿Se les puede pedir a los artistas lo mismo que a los políticos?».
Una amiga me enseña unas figuras de madera que me ponen a trabajar el coco. “¿De quién son?”, le pregunto. “De Orestes Hernández, un tipo que está fuera de liga”, me dice. Yo no estoy muy al tanto del arte cubano actual, pero me pongo a buscar en Internet y veo otras esculturas, instalaciones… Y veo una foto de Orestes Hernández. Me parece conocido.