“No he buscado Patria en la obra de Salinas. La he recibido siempre como una ‘iluminación’ sobre lo intangible”.

“No he buscado Patria en la obra de Salinas. La he recibido siempre como una ‘iluminación’ sobre lo intangible”.
‘¿Por qué el pueblo cubano (aún) apoya el castrismo?’ es un libro importante, que quiere desentrañar entre lo fatídico y lo consustancial del destino de una nación fallida.
Global Policy: “Robert H. Wade explica por qué las repetidas predicciones sobre el fin de la hegemonía del dólar son, una vez más, probablemente demasiado prematuras”.
El libro analiza la obra de varios intelectuales cubanos a los que el autor asocia con la idea de reforzar la decencia de la República para evitar la injerencia de los Estados Unidos.
“El ODC condena la instrumentalización del patrimonio natural y cultural de forma segregada, para legitimar un sistema político-económico fallido”.
Sería en esa perspicacia, en ese olfato de perro pavloviano, donde único se conserva la cubanía, si es que aún existe esa glándula.
Leerlo no agota. Es ágil. Agreste, agorero. Y cómico como carajo. Al terminar, puede comenzarse fácilmente por el principio.
El ODC denuncia la manipulación y el lavado de significado de los Derechos Humanos en Cuba.
Mapa dibujado por un espía y Persona non grata: dos libros policiales, más que policiacos.
Traigo el aporte testimonial de mi pueblo —encarcelado cuando las UMAP y a posteriori— porque miente la única publicación hecha por el régimen en la prensa oficial.
La imagen de un proyecto que suponía la pertenencia a una cultura, civilización y raza específica: un ideal de República moderna, occidental e independiente.
El Ismaelillo de su padre escribió junto a sus hombres una de las páginas más sangrientas y horrorosas de la historia cubana.
Los días finales del hombre que venera la belleza masculina sin ceder a la carnalidad y que se deja conducir al matadero por esa belleza y por el amor a Jesucristo.
Las tropas israelíes entran en el hospital Al Shifa, de Gaza, en medio del asedio, causando preocupación por los pacientes atrapados y la escalada de la crisis humanitaria.
Hasta hace unos meses, llevar un burka en cualquier sitio del espacio europeo, además del rechazo social que generaba, era un delito anticonstitucional. Hoy, con la crisis desatada por la COVID-19, el delito se ha invertido: llevar el rostro descubierto atenta contra la seguridad social al permitir la propagación del virus.
“Poder ir al estudio de Miquel Barceló después de recorrer París. Trabajar codo a codo con Carlos Garaicoa y su equipo en el estudio de Madrid. Experimentar con nuevos materiales y formatos. Es imposible que todas estas experiencias no influyan de forma relevante en mi obra”.