El jurado del premio elogió a la autora de 54 años por su papel “esencial” en “la defensa de los derechos humanos y las libertades”.
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El jurado del premio elogió a la autora de 54 años por su papel “esencial” en “la defensa de los derechos humanos y las libertades”.
La izquierda latinoamericana endurece su postura contra Israel en medio del conflicto. Bolivia corta las relaciones diplomáticas y Colombia equipara las acciones al régimen nazi.
Como un mirarse de frente. Como un cuidarnos la espalda. Como un tocarse a dúo desde la pura presencia humana.
El poeta se confiesa hostil a las epopeyas memoriosas. Casi no se autoanaliza, ni le interesa apelar al encanto de otra época, más dichosa que los difíciles años en que escribe y publica estas páginas.
“Pájaros de las tardes del campo o la ciudad, / no importa, repetidos están en la memoria. / Alas ansiosas atraviesan mi pecho como navajas finas. / Desvanecido el día y sus deberes, yo comienzo”.
Ahí, donde reina un individualismo que pone en segundo lugar cualquier otro valor, el único aspecto donde pareciera reinar lo colectivo es en aquella área que debía ser precisamente la más individual e íntima: la vida sexual.
Rolling Stone: “La aclamada artista cubana de jazz nos habla de su brillante nuevo álbum, en el que combina la espiritualidad tradicional y los sonidos del pop”.
“Quieren que se haga en secreto, sin despedida. Quieren llevarme al borde de un cementerio, a una tumba fresca y decirme: aquí yace vuestro hijo”.
En las fotografías de Izuky Pérez el reforzamiento del canon ocurre cuando nos percatamos que allí el cuerpo deviene paisaje y, al mismo tiempo, atmósfera.
En Caibarién existen cientos de apartamentos terminados desde hace más de un año que continúan vacíos, aunque la perspectiva del turismo sigue más lejana que nunca. Las calamidades acontecidas en el municipio no han logrado conmover a los generosos generales que mangonean el país.
¿Acaso se podrá escuchar la canción ‘Patria y Vida’ en algún espacio de la Bienal?
Me dan un papelito con dos números: 392/231, y me indican que tengo que aprendérmelos. Paso a un cuarto donde me toman una foto de frente y de lado. Típico procedimiento de prisión. Me dirigen a la celda 231, ahora soy un número: el 392.
Sentí que Pablo Milanés cantaba a una Cuba que solo existe en los anhelos de quien la quiere libre. Pablo cantaba en futuro; Camila lloró, y ya no dejó de hacerlo en ninguna canción.
El cuero del sofá blanco donde se desarrollaba parte de la escena se rajó. La cubierta de la lámpara de noche se hizo pedazos. Hubo corazones rotos. Las velas ardieron hasta el amanecer y la esperma se desbordó.
A propósito de los 90 años de La Virgen de la Caridad (Ramón Peón, 1930), título fundacional de nuestro cine: un filme que colocó al guajiro cubano a nivel similar que el charro mexicano y el gaucho argentino, sus pariguales dentro de cinematografías latinoamericanas también interesadas en el retrato de lo nacionalista-bucólico.