“La patria existe donde esté mi hijo, donde estén él y mi esposa, donde la angustia sea expulsada por el cariño y la paz”.
“La patria existe donde esté mi hijo, donde estén él y mi esposa, donde la angustia sea expulsada por el cariño y la paz”.
El hambre sigue siendo un arma de guerra y dominación. Su lógica perversa está presente en sociedades subordinadas a gobiernos autoritarios.
Haití sumida en el caos: las bandas liberan a 5.000 presos, cierran aeropuertos y desafían al gobierno del primer ministro Ariel Henry; se impone el toque de queda.
Los cubanos hemos experimentado una mutilación silenciosa y sostenida, que uno viene a descubrir totalmente cuando el estupor se ha disipado.
No hay puentes sanos. Se ha hecho inconcebible el diálogo entre Ana de Armas y los cubanos.
“La ideología ‘woke’ es resultado del liberalismo y no del marxismo, como se repite una y otra vez desde la derecha”.
El ODC invita a revisar las formas de colaboración que galerías, curadores y artistas extranjeros establecen con el Gobierno cubano en ausencia de coherencia y ética sociopolítica.
“El opio es el mejor desayuno para no sentir el impulso de llorar por la luz que no ha llegado”.
“Al siguiente día de mi primer encuentro y conversación con Reinaldo Arenas, llegué a la casa de la doctora Elia Calvo de Stalin”.
Es un gran momento para la nación cubana. La muerte impera rampante, como renovación espiritual. El fascismo en Cuba se llamó Fidelidad.
Con la excusa de “la lectura inclusiva” se intentó destacar, en las previas, el impacto cultural de los nuevos formatos que conjeturan una gran “revolución editorial”.
Los ‘paquetes’ se organizaban intuitivamente por los lugares de producción, que coincidían con los de la Batalla de Ideas.
Un ser generoso y bueno y, al mismo tiempo, feroz contra todo lo que le parece malvado o simplemente injusto.
¿En qué ‘se avanza’? ¿Se avanza siquiera en el mito mismo de lo que significa la palabra “avanzar” dentro de la historia de un Estado pretenciosamente socialista?
El Ministerio de Asuntos Exteriores chino aboga por la independencia palestina, defendiendo una solución de dos Estados.
Odio a Fidel Castro.
Odio a Raúl Castro.
Ese odio no es el mío. Pero es sin duda el de al menos algunas personas que están hoy en esta sala. Lo adopto simplemente por su forma. No debería darle temor a nadie.
“El arte, en la actualidad, no funciona como un proceso hermético, ensimismado, encriptado o grandilocuente. Tanto para los espectadores como para la propia obra de arte, es mejor que esta discurse abiertamente, que sea de interés humano, accesible en cuanto a contenido, emotiva y energética, reflexiva”.