No pudo ser mejor. Él era mi Humbert Humbert. Y yo, su Lolita. Treinta y tres años contra catorce.
No pudo ser mejor. Él era mi Humbert Humbert. Y yo, su Lolita. Treinta y tres años contra catorce.
“Barrenderos de Cuba cuentan en qué condiciones limpian la nieve en el centro de Moscú”. Un reportaje de MSK1.RU.
El traslado de inmigrantes a ciudades como Denver por parte del gobernador de Texas, Greg Abbott, desata la polémica, en medio de las crecientes tensiones políticas y sociales.
No hay eventos a los que acudir: ni tertulias, ni festivales, ni espacios de opinión donde se pueda debatir qué se debería hacer con las estatuas, una vez que el sistema se desplome.
La atención a la migración cubana es una deuda de solidaridad que la región aún no ha saldado.
La pérdida de otra vida en la más absurda cotidianidad de una nación sin rumbo y sin destino.
Veo cada detalle, oigo lo que se dijo y se calló, toco en mi mente la mano temblorosa de mi padre que hasta aquel día no sabía que existía.
“Que me perdonen todos los que, de un modo u otro, me conocieron y no pudieron realizarse”.
Entiendo la escritura no como una operación de guerra ni como un discurso de la beligerancia. Estas ideas que escribo al vuelo no son una operación de guerra ni un discurso de la beligerancia. Rebelarse se ha revelado inútil. Estas ideas son un deseo desarmado que goza estando indefenso.
No vas a entenderlo si eres prisionerx de tus limitaciones, tus esperanzas, tus ideas, tu ignorancia o tu anhelo de saber.
Yo dibujaba con café, con tierra. Hacía una pasta machacando pastillas de los medicamentos que son de colores, como el timerosal, el yodo, el alusil para la acidez.
Esta ciudad nació de la sal del puerto / y allí creció caliente, deschavada, / el sexo abierto al mar. / El clítoris guiando a los marinos / como un faro de luz en la bahía.
Se me ocurrió que Cuba y Puerto Rico son, en verdad, de una gallina las alas. Las gallinas no vuelan, solo corren, saltan y se impulsan.
La tormenta tropical Idalia causa estragos en Florida y Carolina del Sur, provocando grandes inundaciones y cuantiosos daños.
Una amiga me enseña unas figuras de madera que me ponen a trabajar el coco. “¿De quién son?”, le pregunto. “De Orestes Hernández, un tipo que está fuera de liga”, me dice. Yo no estoy muy al tanto del arte cubano actual, pero me pongo a buscar en Internet y veo otras esculturas, instalaciones… Y veo una foto de Orestes Hernández. Me parece conocido.