“Monta Obdulio Morales ‘Milagro de Ochún’ en el teatro Martí y le digo: ‘No, Obdulio, eso no me gusta’, y ya tú ves, que ahí fue donde se escuchó por primera vez ’Yo soy Juana Bacallao’”.

“Monta Obdulio Morales ‘Milagro de Ochún’ en el teatro Martí y le digo: ‘No, Obdulio, eso no me gusta’, y ya tú ves, que ahí fue donde se escuchó por primera vez ’Yo soy Juana Bacallao’”.
La justicia española ordena la entrega inmediata a EE. UU. del exgeneral venezolano Hugo ‘El Pollo’ Carvajal, tras desestimar el TEDH su demanda de extradición.
Aquí se ama al prójimo en tono de protesta / o se te pudre la ropa sobre el muerto.
sueño en el lodo de la moral hasta caer en nuestro estiércol para bendecirnos / no ser nadie para ser el amo del universo / ni juego ni escritura ni religión ni ley en el desierto de nuestros corazones
Multitud de personas corearon “Putin es un asesino” y “No a la guerra” mientras marchaban, bajo una fuerte presencia policial, hacia el cementerio de Borisovsky.
Ofelia Acevedo, viuda del defensor de los derechos humanos cubano Oswaldo Payá, presentó una demanda contra el exdiplomático estadounidense autodeclarado culpable de espiar para la dictadura cubana.
Las tropas rusas sufren mortíferos ataques con HIMARS por tercera vez en una semana, dejando al descubierto fallos tácticos y lagunas de liderazgo en el conflicto de Ucrania.
Escucho su obra. ¿Cómo puedo escuchar un grabado, una pintura o un objeto? La obra de José Manosalva reúne lo que siempre he buscado en el arte.
Cuba, Venezuela y Nicaragua únicas naciones de América Latina clasificadas como “no libres”, según informe de Freedom House.
Una interesante lectura de Indómito, de Vladimir Hernández, ganador del Premio Internacional de Novela L.H. Confidencial
“El teatro te da libertad para vivir, para hacer, para decir, para sentir. Me interesa sobre todo porque hace que uno se cuestione y hasta cierto punto cambie. Es un medio para canalizar las cosas más viscerales. Esa comunicación que se genera entre el actor y los espectadores, cuando hay un mensaje concreto, es vital”.
Sentada en una habitación sin ventanas, leo una novela que dispone, desde la crueldad doméstica, la violencia primitiva de los sistemas afectivos y políticos. ‘Clausewitz y yo’, de Carlos A. Aguilera, suena como si existiera una banda punk astrohúngara que actualizara la obra de Edmund Burke.
Mientras se aceleran los niveles de desigualdad racial en un contexto de crisis económica, el gobierno encabezado por Díaz-Canel ha iniciado una dinámica que no se había observado antes: reflejar sin tapujos, en la esfera pública, lo que siempre había estado presente en la esfera privada: un racismo arraigado y profundo.
“Soy un artista de constantes cambios. Creo que lo que hago ahora es mejor que lo que hice el año pasado o lo que pinté hace veinte años. Si no cambiara, me aburriría. Mis ideas sobre el arte cambian al leer un buen texto o al visitar un museo o simplemente al ver el Instagram”.