Adiós, fiestas. Adiós a todos los que participaron. Quizás no nos volvamos a encontrar.
Adiós, fiestas. Adiós a todos los que participaron. Quizás no nos volvamos a encontrar.
Muchas perspectivas dizque progresistas han utilizado la gordura para caricaturizar y criticar a sus enemigos. Los gordos terminan representando el exceso, el egoísmo, la brutalidad.
El ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigú, declaró en la XI Conferencia de Moscú sobre Seguridad Internacional que Rusia está dispuesta a ayudar a Cuba, Venezuela y Nicaragua a modernizar sus fuerzas militares.
Eater Atlanta: “Desde sándwiches cubanos prensados hasta cenas de varios platos, la comida cubana abunda en la ciudad”.
Israel y Hezbolá se acercan a una guerra total tras una escalada de las hostilidades, lo que aumenta la presión sobre el gobierno israelí para que proteja su frontera septentrional.
“En la obra de Carlos Rodríguez Cárdenas se teje una trama que aborda la emigración, la desacreditación de la retórica y la iconografía política oficial, y el arte contestatario”.
“La guerra es una prueba de choque y hasta ahora todo indica que el sistema patronal ruso la está superando con mucho éxito. Y todos están demostrando activa o pasivamente su lealtad a Putin”.
México tiene su primera mujer presidenta. Pero su gran victoria puede suponer un peligro mayor para la democracia y la seguridad.
Ana Navarro arremete contra Marco Rubio por comparar el juicio de Trump con los “juicios espectáculo” de Cuba, condenando su uso de la historia cubana para apoyar las ambiciones políticas de Trump.
La imagen desafiante de Maykel Osorbo con el brazo en alto y las esposas rotas en la muñeca, es la viva estampa del cimarrón, del esclavo que se liberta a sí mismo, y por extensión la revelación simbólica de la plantación-presidio que es Cuba.
‘Mujercitos’ te presta cualquier cosa que ayude a liberarte: un dedo para vomitar, una idea para reventar el país, una mano para masturbarte, una garganta para gritar y unos dientes para morder. A falta de carne, pieles para canalizar la rabia.
Ha muerto una persona en una de mis películas, no lo puedo creer. Su rostro estará conmigo mañana en el rodaje, y en la edición, y en la película por siempre.
“Llegó el momento en que me animé a escribir, y era un proceso muy religioso: cada ocho días teníamos que someter un texto nuevo. Ya no solo discutíamos los libros, sino que se revisaban nuestros textos, pero en una carnicería misógina increíble”.