La mejor forma de anular la violencia de un Ministerio de Cultura triste, enfermo, en agonía perenne, es poniendo amor en cada uno de sus puestos ministeriales. Cuando digo amor estoy hablando de besos, abrazos, caricias, mordidas, pellizquitos y succiones. Que el ministro sea noviecita del viceministro, que se quieran y se casen. ¡Que la saque, que la saque!
Columnistas
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La Revolución de los hijos
Nuestros dirigentes tienen mucho que aprender. Algunos están a tiempo. Solo hay que poner las manos atrás, como cuando se entra a un museo. Escuchar y quitarse la careta. Sincerarse y decir: “Sí, sé que en este momento la policía está dando golpes, pero yo no puedo hacer nada, porque tengo miedo, porque también tengo una hija”.
El autobús mágico
Dentro de ese autobús, los policías intimidaron, golpearon, gritaron, arrebataron pertenencias. Probablemente aquella guagua, después de las 12, volvió a ser una calabaza. Y ellos tal vez volvieron a ser ratones. Ojalá que se trate de miedo e indolencia, que siempre son enmendables. Yo necesito creer que así es.
MINCULT
‘MINCULT’ es una entrega de la serie ‘Cosa seria’, una columna de opinión del artista Omar Santana, en Hypermedia Magazine.
Cuba: De la Revolución al Estado mafioso postcomunista
Queridos cubanos que me leen, lo que estamos viendo no es una versión criolla de la perestroika, como afirman muchos por ahí, sino la consolidación de lo que el húngaro Bálint Magyar ha llamado “Estado mafioso postcomunista”. El término “mafia” no es sensacionalista, ni ideológico. Tampoco un insulto barato.
Mejor no es callarse
No se defiende una idea, ni una Revolución que presume de su vigor y su estabilidad, con acosos, insultos, agentes que hostigan a mujeres, prisiones domiciliarias forzadas, calumnias. Ojalá las palabras se abran paso sin carros de la policía, ni detenciones, ni secuestros de teléfonos móviles, ni amenazas, ni violencia física.
El ministro violento, el viceministro policía
Alpidio Alonso no es un poeta. Y los cuentos de Fernando Rojas nos los sabemos todos. Ya todo es a la cara. Hay muchos represores que no muestran el rostro. Pero estos policías del Ministerio de Cultura no van a tener dónde meterse. Pueden cortar el internet, quitar los teléfonos, golpear… Pero la verdad siempre saldrá. Ahora o mañana. El tiempo de los violentos se venció. Paz, pero no olvidaremos.
32 preguntas para el instante
El otro día hice una cola de esas insoportables en el Teatro América y era como presenciar el desmoronamiento del mundo, una especie de guerra que ya no es la preocupación de los primeros días de la pandemia, sino la consagración del hastío y la pobreza. No hay horizonte para una sola: el horizonte es colectivo.
Carta abierta al miedo
Hermano mío: claro que te perdono. Por supuesto que no estás hablando mierda, y tampoco es verdad que estas cosas no te interesen: eres cubano, estas cosas siempre serán asunto tuyo. Tienes razón en todo, pero me siento obligado rectificarte algo: el miedo en Cuba no es abstracto. El miedo en Cuba es muy concreto.
Monstruos para asustar a niños comunistas (II)
Para un pionerito de pañoleta roja, esas historias de gusanos eran bien aterradoras. En ellas había una violencia que un niño no podía descifrar. ¿Quién era la víctima? ¿El Estado? ¿Quiénes eran los violentos? A cada rato tenía pesadillas. Veía a un equipo de fumigadores que iba casa por casa, barrio por barrio, buscando a algún gusano.