El 23 de abril de 2016, tras lluvias fuertes y sostenidas por más de dos días en Camagüey, se produjo el desplome de la cubierta de tejas criollas de un inmueble antiguo situado en el No.7 de la calle Luaces de esa ciudad, conocido por todos como “la fábrica de camisas”.
Vista de la fábrica desde los altos del Policlínico Centro (2022) / Imagen: Cortesía del autor.
Se trata de un emplazamiento privilegiado y significativo, ya que se encuentra en la antigua plaza de San francisco de Asís, hoy Parque José Martí, en el entorno fundacional de la ciudad. Esta área fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO (2008), y el edificio está próximo a varias edificaciones de alto valor histórico, arquitectónico y cultural como la iglesia de estilo neogótico Sagrado Corazón de Jesús, las antiguas Escuelas Pías de Camagüey, hoy Escuela Secundaria y Centro Preuniversitario Inés Luaces; el colegio de las monjas salesianas, actual Policlínico Centro; la casa situada en San Fernando No. 2, presumiblemente la más antigua de la ciudad, entre otros.
Vista del Parque José Martí desde los altos del Policlínico Centro. Se aprecia la iglesia Sagrado Corazón de Jesús, flanqueada por la fábrica de camisas a la derecha y la Escuela Inés Luaces a la izquierda (2022) / Imagen: Cortesía del autor.
Este suceso, apenas mencionado por los medios de comunicación oficiales de la provincia, fue abordado por el escritor Pedro Armando Junco:
“El deterioro interno del inmueble obligó a la dirección de industrias locales a evacuarlo con vistas a una futura reparación, por sus muchos años de existencia sin el auxilio de mantenimientos y cuidados; pero como siempre sucede, así quedó todo en proyectos burocráticos hasta la noche del colapso”.
Asimismo, apuntó que, a diferencia de otras industrias en Camagüey como la fábrica de cervezas Tínima, la de helados Coppelia, la de ron Puerto Príncipe, o la de pienso animal… esta fábrica de ropa funcionaba en un local antiguo, seguramente nacionalizado después de 1959.
Durante el Primer Taller de Estudios Históricos y Arqueológicos en Contextos Urbanos, realizado en Camagüey en noviembre 2018, con la participación de especialistas y estudiantes nacionales e internacionales, el interior de la fábrica fue uno de los sitios escogidos, junto al espacio público del propio parque, para la práctica de excavaciones y la búsqueda de indicios. Esto debido a que el inmueble, antes de dedicarse a la confección textil, había sido vivienda y mercado, pasando por una variedad de usos a través del tiempo.
Excavación arqueológica en el interior de la fábrica de camisas (2018) / Imagen: micubitas .
Se hallaron restos cerámicos y de alimentos, así como piezas relacionadas con la labor comercial y objetos antiguos que reflejaban la vida doméstica y cotidiana de la ciudad en los siglos XVIII y XIX. Los arqueólogos también recolectaron fragmentos de procedencia aborigen, lo que reafirmaba su presencia en esta zona.
Sobre las ruinas del antiguo edificio se ha proyectado el espacio Las Arcas, futuro centro de negocios del Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC) en Camagüey, el cual habría iniciado la gestión del local en el propio año 2018 y que se planea como un recinto para la comercialización del arte y la artesanía de la provincia.
Proyecto Las Arcas, Diseño interior (2022) / Imagen: Adelante.
El proyecto constructivo de esta nueva dependencia del FCBC fue asignado al arquitecto de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey, Henry Mazorra Acosta, responsable de varias de las remodelaciones más importantes desarrolladas por dicha institución en las últimas dos décadas.
Según el periódico Adelante, órgano del PCC en la provincia, se comprobó mediante la correspondiente investigación histórica que no se trataba de un inmueble relevante, lo cual dio la libertad para una concepción espacial radicalmente nueva en el interior, mientras que el exterior se encuentra comprometido con el carácter visual de la plaza, que se caracteriza por su eclecticismo con presencia de lo colonial, neoclásico, neogótico, art decó, y otros.
De derecha a izquierda: Fábrica de camisas con protección perimetral en la fachada, templo neogótico Sagrado Corazón de Jesús y escuela Inés Luaces, antiguas Escuelas Pías de Camagüey, de estilo neoclásico (2024) / Imagen: Cortesía del autor.
Sin embargo, queremos hacer notar aspectos que destacan en todo este proceso de refuncionalización de la antigua fábrica:
En primer lugar, tratándose de un local tan céntrico y reconocible, llama la atención la escasa información histórica disponible sobre el edificio, el pobre seguimiento de los medios de prensa y comunicación en general, y la falta de transparencia sobre su gestión por parte de las distintas instituciones involucradas.
Como segunda inquietud, se percibe en la refuncionalización de este tipo de espacios de gran potencial por su valor de uso para un sinnúmero de iniciativas y emprendimientos de todo tipo, una tendencia hacia el acaparamiento estatal que, dada la ineficacia del modelo de economía centralizada vigente en el país, planea usos comerciales y de servicios que a la larga derivan en decadencia y aprovechamiento deficiente.
Respecto a esta y otras tantas intervenciones del patrimonio inmueble
Casi la totalidad de estas empresas “culturales” dan al traste con la preservación del patrimonio edificado, no solo por lo irreversible de la intervención física, sino por la ausencia de un criterio científico que establezca niveles de intensidad de la explotación proyectada. En Cuba, las falencias de estas incursiones en el ámbito de lo patrimonial comienzan con la poca profundidad de los estudios históricos, toda vez que apremia el encargo empresarial, tan del control estatal como las propias instancias de quienes depende conseguir la información que valúa el bien de interés.
Si bien la reutilización del legado cultural de un pueblo es un factor importante para mantener vivas esas propias pautas fundadoras, y con ellas la identidad local, la superficialidad suele jugar en contra de rescatar la vigencia. El mayor peligro radica en la invalidación total de ese capital cultural, ya desasido de los frágiles caracteres que lo dotaban de originalidad y distingo en medio de una trama urbana.
Desde el Observatorio de Derechos Culturales abogamos por el protagonismo de la ciudadanía, por la validación de las voces de las gentes que en definitiva se reconocen en su entorno, los que han otorgado historia a esas paredes que cambian de color o desaparecen sin que nadie les consulte. Entendemos que la democratización de la sociedad pasa también por otorgar verdadero rol ciudadano a quienes tejen sus vidas en los enclaves urbanos, y que esto solo es posible mediante el acceso a la información fidedigna sobre lo que les pertenece como colectivo social.
Imágenes del interior de la fábrica en etapa de demolición (2024) / Cortesía del autor.
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Cuando se fue a París, Abela era en Cuba un artista promisorio entre los nuevos, es decir, entre aquellos interesados en explorar un arte cubano moderno. Cuando regresó, venía respaldado por los triunfos que había conquistado allí como artista.