La Revolución no es un espacio habitable ni para sus defensores, ni para sus adversarios. Extraviada en su violencia sistémica, entre sus diplomas, sus paquetes de salchichas y botellas de aceites para sus atletas medallistas; sus presos políticos; sus televisores Panda por CDR; sus trabajos voluntarios; sus corrupciones; sus difamaciones en la prensa nacional; sus detenciones arbitrarias; sus destierros y sus policías “honestos” pero apedreados; la Revolución ha borrado toda la representación ciudadana que había construido ferozmente de sí misma.
No se trata de que el pueblo haya abandonado el ideal revolucionario, ni de embargo estadounidense; sino que esa utopía nunca fue algo compartido, más bien fue un terror colectivo impuesto. La Revolución creó desde sus inicios su propio conflicto, su propio enemigo interno y externo, y sus absurdas leyes para sostenerse, y eso la hace ilegítima, antinatural. La Revolución no es nuestra y nunca lo ha sido. No nos pertenece.
Hemos nacido en la frontera del Estado totalitario, sin memoria histórica, sin referentes; sin embargo, hemos aprendido a sobrevivir frente a esa mole insomne. Más allá del impacto de la llegada de las redes sociales para la sociedad civil cubana, los últimos acontecimientos que han marcado la Isla, como la campaña contra el Decreto 349; la manifestación del Orgullo Gay el 11 de marzo de 2019; la solidaridad masiva ante la detención del artista Luis Manuel Otero Alcántara en marzo de 2020; el acuartelamiento en San Isidro; la increpación multitudinaria frente al Ministerio de Cultura del 27 de noviembre de 2020; la protesta del 27 de enero de 2021, de nuevo frente al mismo MINCULT; y el estallido social del 11 de julio; solo han sacado a relucir un sentir que ya estaba ahí.
En los hashtags #TodosSomosSanIsidro, #TodosSomosLuisma, #PatriayVida, #TodosSomosClandestinos, #LaBanderaEsDeTodos, #NoALaViolenciaPolicial, #AlpidioDimisión, #11M, #27N, #11jCuba, #27E, #26N (día de la vergüenza nacional), #TodosSomosArchipiélago, se abraza una colectividad que reconoce, finalmente, toda su potencia.
Aunque amputados jurídicamente, con muy poca cultura política, expuestos al neocolonialismo —español y de otros territorios— y despreciados por nuestro disentir antifidelista por gran parte de la comunidad internacional, los cuerpos cubanos que hoy se levantan en la Isla son parte de ese largo accionar de activistas, huelguistas, exiliados, académicos, artistas y periodistas independientes que han allanado el camino para la legitimidad de la pluralidad política en Cuba.
Y si hoy se demanda un boicot contra la Bienal de La Habana, no solo es por los más de 1 125 detenidos tras el 11 de julio; sino por un acto de “justicia poética”[1] con Jorge Crespo, Marco Antonio Abad, María Elena Cruz Varela, Danilo Maldonado “El Sexto” y Luis Manuel Otero Alcántara, artistas que han estado en detención mientras se realizaban algunas de las ediciones de este evento.[2]
La Revolución a todo lo largo de su existencia nos ha puesto en un no lugar; pero desde ahí nos hemos levantado. Aunque ese sea un espacio tremendo en un tiempo tremendo, ha estado siempre a la altura de nuestra fuerza.[3]
Notas:
[1] Frase del performer y poeta Amaury Pacheco durante la inauguración del evento independiente #00Bienal de La Habana realizado en mayo de 2018, que contó con la participación de más de 170 artistas cubanos y extranjeros.
[2] Como bien ha detectado la artista e investigadora Salomé García Bacallao, los artistas presos durante la realización de la Bienales no es algo nuevo: durante la IV Bienal en 1991, estaban presos Jorge Crespo y Marco Antonio Abad, también María Elena Cruz Varela y otros miembros de Criterio Alternativo. En la XII Bienal estuvo en detención durante 10 meses Danilo Maldonado «El Sexto»; y Luis Manuel Otero Alcántara también fue detenido durante la XIII Bienal. A pocos días de iniciarse la XIV Bienal, Luis Manuel Otero y Maykel Obsorbo llevan más de 3 meses presos.
[3] Parafraseando al ya citado Amaury Pacheco, esta vez en una entrevista concedida al medio CubaNet (2012).
* Este texto forma parte del dosier ‘La revolución de los derechos’, el cual da título a la plataforma de igual nombre. ‘La revolución de los derechos’ es una iniciativa de Article 19 e Hypermedia Magazine.
© Imagen de portada: Mary Esther, para el dosier ‘La revolución de los derechos’.
El acuartelamiento de San Isidro como comunidad emocional
El acuartelamiento significó una auténtica sacudida para todos. ¿Qué provocó semejante nivel de identificación con nuestra situación? ¿Por qué no se había dado antes un fenómeno como ese? Son preguntas que permanecen para el futuro.