Durante más de seis décadas, el asesinato del presidente John F. Kennedy en Dallas el 22 de noviembre de 1963 ha sido objeto de intensa fascinación y especulación. El relato oficial del asesinato, elaborado por la Comisión Warren, ha sostenido durante mucho tiempo que Lee Harvey Oswald actuó solo en el asesinato del presidente. Sin embargo, una nueva revelación del ex agente del Servicio Secreto Paul Landis puede poner en tela de juicio esta teoría ampliamente aceptada del “pistolero solitario”.
Landis, que fue uno de los agentes del Servicio Secreto encargado de custodiar a la Primera Dama Jacqueline Kennedy aquel fatídico día, afirma haber visto una bala en la limusina de Kennedy, un detalle que ha mantenido en secreto durante 60 años. Su relato plantea interrogantes sobre la posibilidad de que hubiera un segundo pistolero en Dallas aquel día y podría alterar la narrativa histórica en torno al asesinato de JFK.
El secreto inconfesable de un agente del Servicio Secreto
Paul Landis, de 88 años, fue agente del Servicio Secreto y responsable de la protección de la primera dama Jacqueline Kennedy. En su próximo libro, “El testigo final”, que se publicará en octubre, Landis revela un detalle significativo de aquel trágico día en Dallas. Afirma que descubrió una bala en el asiento trasero de la limusina del presidente Kennedy, una revelación que podría cuestionar las conclusiones clave de la Comisión Warren.
El relato de Landis sobre aquel día, que había permanecido oculto durante décadas, es impactante y controvertido. Su decisión de hacer pública esta revelación tras años de silencio es importante no sólo para los historiadores, sino también para el público en general interesado en el asesinato de Kennedy. James Robenalt, historiador presidencial que ha examinado de cerca la historia de Landis, ofrece una perspectiva única sobre las posibles implicaciones de esta revelación.
El viaje de Paul Landis, de agente del Servicio Secreto a escritor
Paul Landis, natural de Worthington, Ohio, se incorporó al Servicio Secreto en 1958, poco antes de la elección del presidente John F. Kennedy. Su misión consistía en vigilar a los hijos de Kennedy y, más tarde, a la primera dama Jacqueline Kennedy. Debido a su juventud y aspecto juvenil, Landis se ganó el nombre en clave de “Debut” entre sus colegas. Se convirtió en testigo de primera mano del funcionamiento interno de Camelot, acompañando a la primera dama en viajes internacionales y durante acontecimientos importantes.
El 22 de noviembre de 1963, Landis formó parte del coche de seguimiento del Servicio Secreto durante la caravana del presidente Kennedy por Dallas. Se encontraba a tan sólo 5 metros de distancia cuando el presidente fue trágicamente asesinado, una experiencia que dejó una marca indeleble en su vida.
La sorprendente revelación
La sorprendente revelación de Paul Landis se produce en los momentos inmediatamente posteriores al asesinato. Mientras la limusina del presidente llegaba al Parkland Memorial Hospital, Landis y otro agente del Servicio Secreto, Clint Hill, intentaron persuadir a Jacqueline Kennedy para que soltara a su marido, al que acunaba en su regazo. En esta escena caótica y traumática, Landis afirma haber visto una bala apoyada en el asiento trasero de la limusina. La recogió, se la metió en el bolsillo y la llevó al hospital.
Landis afirma que más tarde entró en la Sala de Trauma nº 1 con la bala, donde el cuerpo del presidente Kennedy fue atendido brevemente. En esta sala, afirma que colocó la bala sobre una manta de algodón blanco en la camilla del presidente, con la intención de incluirla en la autopsia.
Esta revelación, de ser cierta, cuestiona una conclusión fundamental de la Comisión Warren, conocida como la teoría de la “bala única”. Esta teoría postula que una sola bala causó todas las heridas tanto al presidente Kennedy como al gobernador de Texas John Connally, que iba sentado delante del presidente durante la caravana. El descubrimiento por parte de Landis de una bala intacta en el asiento trasero de la limusina sugiere una versión diferente y plantea varias cuestiones críticas.
Revisando los hallazgos de la Comisión Warren
Para entender el impacto potencial de la revelación de Paul Landis, es crucial revisar las conclusiones clave de la Comisión Warren. Según el informe oficial de la comisión, se produjeron tres disparos cuando la caravana del presidente pasaba por el Texas School Book Depository en Dallas. Aunque los recuerdos de los testigos variaban, la mayoría recordaba haber oído tres disparos. Se encontraron tres cartuchos usados en el sexto piso del depósito, cerca de un rifle con mira telescópica.
La Comisión Warren concluyó que dos de los tres disparos alcanzaron a los ocupantes de la limusina: una bala atravesó el cuello de Kennedy y probablemente alcanzó al gobernador Connally, y otra hirió mortalmente a Kennedy en la cabeza. Se presume que el tercer disparo no alcanzó la limusina y posiblemente golpeó un bordillo de cemento cercano, enviando un fragmento que rozó la cara de un espectador.
El eje de las conclusiones de la Comisión Warren se basaba en la creencia de que la bala descubierta en el Parkland Memorial Hospital se encontró en la camilla del gobernador Connally, no en la del presidente Kennedy. Esta suposición era crucial para la teoría de que una sola bala causó todas las heridas a ambos hombres. Sin embargo, el relato de Landis desafía esta suposición clave, sugiriendo que la bala que encontró estaba de hecho en la camilla de Kennedy.
Posibles escenarios para la presencia de la bala
La revelación de Paul Landis plantea preguntas sobre cómo la bala intacta acabó en el asiento trasero de la limusina. Hay dos escenarios plausibles, ambos deducibles de la película Zapruder, una película casera que capturó el asesinato:
1. En esta hipótesis, la bala se alojó inicialmente en la espalda del presidente Kennedy tras uno de los disparos iniciales. Sin embargo, fue sacudida fuera de su cuerpo cuando el disparo final le golpeó en la cabeza, causando que la parte superior de su cuerpo fuera violentamente lanzada hacia atrás contra el asiento. Esta fuerza podría haber desalojado la bala, haciendo que cayera sobre el asiento trasero.
2. En este escenario, la bala cayó de la espalda del Presidente Kennedy sobre la ropa de Jacqueline Kennedy. La película de Zapruder muestra a Jackie subiéndose al maletero del coche a toda velocidad, posiblemente para recuperar una parte del cráneo de su marido o por pánico para ponerse a cubierto de más disparos. Esta sección del asiento trasero corresponde al lugar donde Landis afirma haber encontrado la bala.
Ambos escenarios se alinean con el hallazgo inicial de que la bala se alojó superficialmente en la espalda del presidente Kennedy antes de ser desalojada, lo que explicaría el estado prístino de la bala.
El origen de la bala
El origen y la trayectoria de la bala son esenciales para comprender la validez del relato de Paul Landis. Landis describe el hallazgo de la bala sin deformar en el asiento trasero de la limusina, apoyada en una costura donde el acolchado de cuero empenachado se encontraba con la carrocería metálica del coche. La recogió por temor a que se le pasara por alto, se la robaran o la extraviaran.
Landis llevó la bala al Parkland Memorial Hospital, con la intención de que estuviera con el cuerpo del presidente para la autopsia. Contrariamente a la suposición de la Comisión Warren de que la bala se encontró en la camilla del gobernador Connally, el relato de Landis la sitúa en la camilla del presidente Kennedy.
Las pruebas de 1963, incluyendo testimonios de testigos y documentos, apoyan la plausibilidad de que la camilla en la que se encontró la bala fuera la del presidente Kennedy. Un ingeniero del Hospital Parkland Memorial, Darrell Tomlinson, testificó que encontró la bala en una camilla dejada fuera de la Sala de Trauma No. 1. Esta camilla fue identificada más tarde como la utilizada por el presidente Kennedy. Además, la bala fue encontrada en una manta blanca de algodón, consistente con la práctica del hospital de colocar mantas en la camilla del presidente.
Las implicaciones potenciales
Si el relato de Paul Landis se verifica, podría tener implicaciones de gran alcance para la investigación del asesinato de Kennedy y la comprensión histórica. Las implicaciones clave incluyen:
1. La conclusión de la Comisión Warren de que una sola bala causó todas las heridas del presidente Kennedy y del Gobernador Connally podría ser cuestionada. Esta teoría fue esencial para establecer la idea de un pistolero solitario, Lee Harvey Oswald, actuando solo en el asesinato.
2. Si se cuestiona la teoría de la bala única, se abre la puerta a la posibilidad de un segundo pistolero. Esta teoría, conocida como la “teoría de los dos tiradores”, ha sido un tema de debate entre los investigadores del asesinato de Kennedy durante años.
3. La revelación de Landis podría dar lugar a nuevas investigaciones o a un nuevo examen oficial del asesinato. Los avances en la tecnología forense y los relatos de testigos adicionales, si están disponibles, podrían arrojar más luz sobre las circunstancias que rodearon el asesinato.
4. Una revisión significativa del relato oficial sobre el asesinato de JFK podría alterar la forma en que el público percibe este acontecimiento histórico. Podría contribuir aún más a la fascinación duradera y a las teorías conspirativas asociadas al caso.
Los desafíos de confirmar la revelación
Verificar el relato de Paul Landis plantea importantes retos debido al paso del tiempo y a las limitaciones de las pruebas disponibles. Las figuras clave implicadas en el asesinato de Kennedy, incluido el propio Landis, han fallecido, lo que dificulta la obtención de testimonios directos. Además, se desconoce el paradero y el estado actual de la bala, lo que complica aún más cualquier posible análisis.
No obstante, historiadores e investigadores siguen estudiando esta revelación, considerando las pruebas disponibles y su posible impacto en nuestra comprensión del asesinato de Kennedy. Aunque puede resultar difícil confirmar definitivamente el relato de Landis, su revelación ha despertado un nuevo interés por uno de los misterios más perdurables de la historia de Estados Unidos.
Conclusión
La revelación del ex agente del Servicio Secreto Paul Landis de que descubrió una bala intacta en el asiento trasero de la limusina del presidente Kennedy el día del asesinato puede poner en entredicho creencias largamente arraigadas sobre la teoría del “pistolero solitario” y la teoría de la bala única presentada por la Comisión Warren. Esta revelación abre nuevos interrogantes sobre los acontecimientos del 22 de noviembre de 1963 y sobre la posibilidad de que hubiera un segundo pistolero implicado.
Aunque confirmar los detalles del relato de Landis es difícil debido al paso del tiempo y a la falta de pruebas directas, ha despertado un renovado interés por el asesinato de Kennedy y la necesidad de un nuevo examen de los registros históricos. Si la versión de Landis es cierta, podría dar una nueva forma a nuestra comprensión de este momento crucial de la historia de Estados Unidos y alimentar las discusiones y debates en torno al caso.
© Imagen de portada: John F. Kennedy por ‘Vanity Fair’ (detalle).
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