En respuesta al reciente ataque de Hamás contra Israel, el presidente Joe Biden condenó inequívocamente el ataque y aseguró al mundo el apoyo inquebrantable de Estados Unidos a su aliado de siempre, Israel. “Nuestro compromiso con la seguridad de Israel es sólido como una roca e inquebrantable”, señaló el presidente Biden, enviando un claro mensaje a la comunidad internacional.
Ante la preocupación de que la situación se convierta en un conflicto de mayor envergadura en la región, el presidente Biden advirtió a otras naciones y facciones de que no aprovecharan la actual volatilidad para ampliar aún más el conflicto. Su declaración parecía ir dirigida a las potencias regionales que pudieran ver una oportunidad de ejercer influencia en un momento de crisis.
Para enfatizar la postura de Estados Unidos, el secretario de Estado Antony Blinken inició conversaciones diplomáticas con líderes de las principales naciones islámicas, entre ellas Egipto y Turquía. Durante estas conversaciones, el secretario Blinken reiteró la postura de Estados Unidos, buscando presumiblemente un frente unificado para desescalar la situación y subrayando la importancia de la estabilidad regional.
Sobre el terreno, en Israel, la situación sigue siendo tensa. El teniente coronel Jonathan Conricus, portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF), informó al público sobre la continuación del conflicto, especialmente en el sur de Israel. “Todavía hay combates en el sur de Israel”, dijo Conricus durante una sesión informativa retransmitida en directo en las redes sociales a primera hora del domingo. Esto indica que, aunque se están realizando esfuerzos diplomáticos, persiste el peligro inmediato para los ciudadanos de la región.
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