El Estado de Israel se enfrenta a un creciente escrutinio internacional y a peticiones de alto el fuego debido al aumento de víctimas civiles en Gaza. A pesar de estos llamamientos, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se mantiene firme en su rechazo a un cese de las hostilidades, insistiendo en la liberación de los rehenes en manos de Hamás como condición previa.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, tiene previsto reunirse en Ankara con el ministro de Asuntos Exteriores de Turquía, tras un alarmante incidente en el que manifestantes propalestinos intentaron irrumpir en una base aérea utilizada por las fuerzas estadounidenses en el sur de Turquía. Este compromiso diplomático forma parte de un esfuerzo más amplio de Estados Unidos por contener la escalada del conflicto.
La gira de Blinken incluyó una parada inesperada en Cisjordania para entrevistarse con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, que se ha sumado al coro que pide el fin inmediato de la violencia. Sin embargo, la postura de Estados Unidos sugiere la preocupación de que un alto el fuego pueda dar poder a Hamás de forma inadvertida, un punto de vista que coincide con la postura actual de Israel al respecto.
Las operaciones militares israelíes se han intensificado en torno a la ciudad de Gaza, con informes de la agencia de noticias palestina WAFA que describen “bombardeos sin precedentes”. En respuesta a la preocupación internacional, el portavoz militar israelí anunció interrupciones temporales de los bombardeos para permitir la circulación de civiles, aunque sigue sin estar claro si dichas pausas persistirán.
En el frente humanitario, se han realizado esfuerzos concertados para facilitar el acceso a los servicios esenciales en el sur de Gaza. Sin embargo, según Israel, estos esfuerzos se ven obstaculizados por Hamás, acusado de atacar los convoyes de ayuda. Estos informes no han sido confirmados por fuentes independientes.
En medio de estos acontecimientos, el Pentágono ha reiterado el “férreo compromiso” de Estados Unidos con la autodefensa de Israel. El secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, subrayó la importancia de salvaguardar a los civiles y garantizar el suministro de ayuda humanitaria durante una conversación con su homólogo israelí.
En una importante muestra de apoyo, la vicepresidenta Kamala Harris tiene previsto ponerse en contacto con líderes internacionales para reforzar los esfuerzos de la administración en la prestación de ayuda humanitaria a la población civil de Gaza.
En un acto de solidaridad, las fuerzas aéreas jordanas han enviado por aire suministros médicos críticos a su hospital de campaña en Gaza, una iniciativa que el rey Abdullah de Jordania subrayó personalmente como un “deber” ayudar al pueblo palestino.
Para aumentar la complejidad geopolítica, el Mando Central de Estados Unidos reveló la presencia de un submarino nuclear de clase Ohio en Oriente Próximo, lo que muchos interpretaron como un mensaje velado a los actores regionales, especialmente a Irán.
El número de víctimas civiles en Gaza ha ido en aumento. En un lamentable incidente ocurrido en el campo de refugiados de Maghazi, la población local tuvo que recuperar los cadáveres de las víctimas de los ataques de la noche anterior. Las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) han declarado que están investigando los hechos.
Las repercusiones del conflicto se han extendido a Líbano, donde, al parecer, un ataque aéreo israelí causó víctimas civiles, lo que ha intensificado las tensiones con Hezbolá, que prometió una respuesta “firme y enérgica” a cualquier agresión contra civiles.
La comunidad internacional, incluidos los dirigentes de Qatar, Arabia Saudí, Egipto, Jordania y los Emiratos Árabes Unidos, se ha unido para instar a Estados Unidos a que aproveche su influencia para garantizar un alto el fuego. El Papa Francisco añadió una dimensión moral a los llamamientos en favor de la paz, destacando la urgente necesidad de ayuda humanitaria.
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