La migración pone a prueba las fronteras de Estados Unidos

Estados Unidos está siendo testigo de una oleada de inmigrantes procedentes de países que tradicionalmente no se veían en gran número en la frontera suroeste. Las autoridades estadounidenses y mexicanas se enfrentan a un aumento tres veces mayor de las detenciones de personas procedentes de países lejanos, como China, India, Mauritania y Senegal, lo que indica una expansión significativa de las redes de contrabando de personas en todo el mundo.

Los datos de la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras indican un aumento de 214 000 detenciones de inmigrantes procedentes de estos países lejanos en el ejercicio fiscal que finalizó en septiembre, frente a las 70000 del año anterior. La oleada de llegadas plantea nuevos retos logísticos, sobre todo porque las deportaciones a países africanos y asiáticos suelen ser complejas, costosas y no siempre factibles.

El aumento, señalado por el jefe de la unidad de apoyo a los migrantes de Tijuana, Enrique Lucero, ha introducido una variedad de idiomas y nacionalidades en la dinámica del cruce de fronteras. Los migrantes comparten cada vez más consejos de viaje en las redes sociales y emplean “vuelos burro” (“donkey flights”: se basa en un modismo punjabí que significa saltar de un lugar a otro. Describe una estrategia habitual de los aspirantes a inmigrantes) para llegar a países latinoamericanos con requisitos de visado menos estrictos.

La historia de Mohamed Aweineny ilustra esta nueva tendencia migratoria. En su viaje desde Mauritania tuvo que hacer varias escalas y contó con la ayuda de un grupo organizado de contrabandistas antes de llegar a Estados Unidos y, más tarde, a Nueva York, donde solicita asilo.

El gobierno de Biden reconoce la tensión que están causando estas migraciones, y un alto funcionario ha señalado los problemas que plantea el hecho de que Estados Unidos no haya establecido protocolos con muchos de estos países para las expulsiones rápidas. Mientras tanto, México informa de que se ha cuadruplicado el número de migrantes procedentes de Asia y África, e incidentes como el rescate de 46 migrantes retenidos por secuestradores en Sonora o la detención de 137 migrantes africanos y egipcios en Veracruz ponen de manifiesto el creciente problema.

Los migrantes chinos pasan cada vez más por Ecuador, y los indios encuentran vías a través de Europa o Canadá. Por otra parte, Nicaragua se ha convertido en un centro para los migrantes africanos, proporcionando ingresos sustanciales para el régimen del presidente Ortega a través de los visados de tránsito y permitiendo a los migrantes evitar el peligroso Paso del Darién.

La afluencia no sólo procede de África y Asia. Desde la invasión de Ucrania, se ha producido un notable aumento de los migrantes rusos, con más de 12 500 detenidos tras cruzar desde México, un marcado contraste con los 509 detenidos en el año fiscal 2021.

Tijuana ha sido testigo de escenas de migrantes, principalmente de países africanos, corriendo hacia la frontera en intentos de entrar en EE.UU., coordinados por contrabandistas. Lo que subraya el amplio alcance de las operaciones de contrabando vinculadas al cártel de Sinaloa, que facilitan el movimiento de personas procedentes de regiones tan diversas como Bangladesh y Uzbekistán.









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