Israel prosigue su ofensiva pese a las peticiones de un alto el fuego

En una noche de intensos choques, las fuerzas israelíes combatieron con militantes de Hamás dentro de Gaza, lanzando ataques contra aproximadamente 300 objetivos. Esta escalada se produjo tras el firme rechazo del primer ministro Benjamín Netanyahu a cualquier alto el fuego, denunciándolo como una “rendición” ante Hamás.

En medio del conflicto, el ejército israelí dio a conocer su cuarta noche de extensas operaciones terrestres en el norte de Gaza, durante las cuales sus fuerzas se enfrentaron a ataques con misiles antitanque y fuego de ametralladoras. La declaración del ejército destacó el éxito de sus ataques contra puestos de lanzamiento de misiles y cohetes y complejos militares subterráneos asociados a Hamás.

Sin embargo, el creciente número de víctimas mortales de este conflicto ha provocado una condena internacional generalizada. Con más de 8000 muertos en Gaza, muchos de ellos niños, los líderes mundiales presionan cada vez más para que se resuelva la crisis. Un significativo número de 120 naciones apoyaron una resolución no vinculante de la ONU exigiendo una tregua ampliada, haciendo hincapié en la grave situación humanitaria de Gaza.

Ante tal presión internacional, Netanyahu se mantuvo desafiante. Su réplica se produjo tras el llamamiento colectivo de estos países a favor de una tregua humanitaria de larga duración. El primer ministro afirmó que Israel “luchará hasta ganar esta batalla” y añadió que cualquier exigencia de alto el fuego equivalía a pedir la capitulación de Israel ante Hamás.

La génesis de este enfrentamiento se remonta al 7 de octubre, cuando Israel inició acciones militares en respuesta a los ataques dirigidos por Hamás contra territorios israelíes que causaron la muerte de unas 1400 personas, según fuentes israelíes.

A medida que ha ido avanzando el conflicto, han aparecido imágenes de vehículos blindados israelíes avanzando por el norte de Gaza. Un éxito notable de Israel en medio de la guerra fue el rescate de la soldado Ori Megidish, desaparecida hasta entonces. Fue rescatada durante una operación terrestre y ya está de vuelta en Israel, en buen estado de salud. El ejército expresó su determinación de rescatar a los otros 238 rehenes que se cree que están bajo custodia de Hamás.

Sin embargo, la cruda realidad sobre el terreno es desgarradora. Los hospitales de Gaza están desbordados y los servicios esenciales, como el acceso a alimentos, agua y combustible, sufren graves tensiones. La agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) acentuó las terribles necesidades, señalando que los pocos camiones de ayuda que entran en Gaza son manifiestamente insuficientes.

En todo el mundo, incluso los aliados más cercanos de Israel han expresado su preocupación por la catástrofe humanitaria que se está produciendo. Aunque Estados Unidos sigue desconfiando de un alto el fuego permanente, por temor a que pueda dar a Hamás la oportunidad de reagruparse, ha habido llamamientos a considerar pausas intermitentes para facilitar la entrega de ayuda.

La situación se complica aún más por el destino incierto de más de 230 rehenes, de todas las edades, que se cree que están en manos de Hamás. Un vídeo en el que supuestamente aparecen algunos de estos rehenes, ha sido denunciado por Netanyahu como propaganda manipuladora.

Las repercusiones de este conflicto se dejan sentir por todas partes. Mientras Netanyahu lo percibe como una batalla contra el “eje terrorista iraní”, en Washington crece el temor a que el conflicto se convierta en una guerra regional más amplia.

Para aumentar la complejidad, Israel ha participado simultáneamente en altercados con Hezbolá en Líbano y ha atacado objetivos en Siria. Además, las tensiones han aumentado en Cisjordania, ocupada por Israel, donde, según los informes, han muerto unos 120 palestinos desde el inicio del conflicto de Gaza.

Este aumento de la tensión no se limita a la región inmediata. Los incidentes de sentimiento antiisraelí se han manifestado en todo el mundo, con un episodio significativo en la región rusa de Daguestán, donde una turba enfurecida atacó a pasajeros procedentes de Tel Aviv.










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