Un ataque aéreo israelí mata a 38 personas en Gaza

La tensión en Oriente Próximo se ha intensificado tras un ataque aéreo israelí contra un campo de refugiados de Gaza, que ha causado la muerte de al menos 38 personas. El ataque, que tuvo lugar el sábado por la noche, supuso una escalada significativa en el conflicto de casi un mes de duración que ya se ha cobrado miles de vidas.

El gobierno de Hamás en Gaza anunció la cifra de muertos, mientras los llamamientos a un alto el fuego por parte de numerosas naciones árabes, encontraban la resistencia de Estados Unidos e Israel. Con el rápido aumento del número de víctimas mortales en Gaza, las protestas internacionales pidiendo el fin de las hostilidades se extendieron por todo el mundo.

Las autoridades sanitarias de Gaza informaron de que el conflicto, que estalló cuando militantes de Hamás ejecutaron un ataque por sorpresa contra el sur de Israel el 7 de octubre, ha causado más de 9488 muertes palestinas. El ataque inicial de Hamás se saldó con 1400 víctimas mortales israelíes y más de 240 personas tomadas como rehenes.

Durante la noche, Israel prosiguió sus operaciones militares por aire, mar y tierra. Un grupo de viviendas del campo de refugiados de Maghazi fue destruido en la última serie de ataques aéreos, según confirmaron funcionarios sanitarios locales.

Salama Marouf, jefe de la oficina de medios de comunicación del gobierno de Hamás, transmitió a Reuters el impacto catastrófico del ataque en Maghazi, señalando los 38 muertos palestinos y los aproximadamente 100 heridos. También mencionó que los equipos de rescate seguían buscando supervivientes entre los escombros, mientras que el número real de desaparecidos sigue siendo indeterminado.

El ejército israelí no había hecho comentarios en el momento de la publicación del informe. Israel ha declarado que sus operaciones están dirigidas contra Hamás, al que acusa de utilizar a civiles como escudos humanos, y no contra la población civil propiamente dicha.

El estancamiento de las negociaciones de alto el fuego quedó patente el sábado en Ammán, donde los ministros de Asuntos Exteriores de Qatar, Arabia Saudí, Egipto, Jordania y Emiratos Árabes Unidos se reunieron con el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken. Los representantes árabes instaron a Estados Unidos a aprovechar su influencia para convencer a Israel de que acepte un alto el fuego. El ministro jordano de Asuntos Exteriores, Ayman Safadi, insistió en la necesidad imperiosa de poner fin a la guerra, aludiendo a la creciente espiral de dolor y deshumanización.

Sin embargo, el secretario Blinken desestimó la propuesta de alto el fuego, sugiriendo que serviría a los intereses de Hamás al proporcionarles la oportunidad de reagruparse. En su lugar, Estados Unidos propuso pausas localizadas en los combates para facilitar la ayuda humanitaria y las evacuaciones de las zonas densamente pobladas de la Franja de Gaza, una propuesta que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, rechazó.

La gira regional de Blinken continúa, con sus próximas conversaciones programadas en Turquía. Mientras tanto, el vicepresidente primero de Irán, Mohammad Mokhber, condenó las acciones israelíes desde Shanghai, calificándolas de crímenes de guerra y pidiendo el cese inmediato y un mayor apoyo humanitario para Gaza.

La preocupación de la comunidad internacional aumenta a medida que empeoran el número de víctimas y las condiciones en Gaza. Manifestaciones en todo el mundo, de Londres a Washington, han expresado su solidaridad con la causa palestina y exigido un alto el fuego inmediato. En Indonesia, el país de mayoría musulmana más grande del mundo, se prometió enviar más ayuda a Gaza.

Además, la violencia se ha extendido a Cisjordania, donde se vislumbra la posibilidad de un tercer frente en el conflicto, junto a las tensiones existentes en la frontera norte de Israel con las fuerzas de Hezbolá.

A medida que el ejército israelí ordena la evacuación del norte de Gaza, incluida la ciudad de Gaza, la crisis humanitaria se agrava. Los residentes sufren escasez de alimentos, agua potable y atención médica, y la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCAH) calcula que casi dos tercios de la población de Gaza son desplazados internos.

La situación sigue siendo grave, mientras prosiguen los esfuerzos diplomáticos para lograr un alto el fuego en un contexto de violencia y sufrimiento crecientes.









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