El estilo de estas fotos viene desde la antropología de los cuerpos y la experiencia documental de las intimidades, una perspectiva que muestra las pieles y la diversidad del sexo.
De adolescente evité por completo ver pornografía; tal vez por las vergüenzas de un esquema de vida sobreprotector o el pudor propio (con el que aún discuto).
Las imágenes guardan entre sí una línea de tiempo que comenzó con la invitación de una amiga a fotografiar íntegramente un encuentro sexual con su pareja, una experiencia que he decidido extender como proyecto personal.
En septiembre de 2022, un grupo de fotos privadas que guardo en común con amistades cercanas fue vulnerado desde un Drive de Gmail. El material se difundió a toda mi lista de contactos.
Fue este uno de los primeros pasos para hacer de la desnudez una plaza pública ante la pornovenganza, un ademán predecible en un país que no se libra de posturas conservadoras y machistas. En esta serie, mi cuerpo es también un laboratorio, un diálogo, un experimento y una forma de liberación, sin silencios.
🔞 (Advertencia: esta galería contiene imágenes que pueden dañar su sensibilidad).
Galería
Cine sin marcos: los cuadros pornográficos de Cuba
“He visto cosas bastante osadas en París, pero en La Habana es espantoso. París es una escuela dominical comparada con la capital cubana”.