Ecuador planea modernizar su ejército con material estadounidense, y ayudar a Ucrania mediante la transferencia de sus viejos equipos rusos.

Ecuador planea modernizar su ejército con material estadounidense, y ayudar a Ucrania mediante la transferencia de sus viejos equipos rusos.
Yaya Panoramix (Santiago de Cuba, jueves 26 de diciembre de 1985) es hija de un guardaespaldas, nieta de un coronel, pero no tuvo ningún privilegio, puntualiza. Más que influecer, se define como “simplemente foquera”.
Necesito un refugio: alguien debe darme una palabra para anular el miedo… El duende no llega si no ve la posibilidad de muerte, si no sabe que ha de rondar su casa.
Una masturbación es el diminuto triunfo de lo irrepetible.
Un avión militar ruso se estrella en Belgorod, cerca de Ucrania, con 74 muertos. Informes contradictorios sobre la carga; Ucrania niega haberlo derribado.
Trump gana las primarias del Partido Republicano en New Hampshire, y consolida su ventaja para la nominación presidencial.
Veinticuatro soldados israelíes muertos en Gaza en un solo día, lo que supone las mayores pérdidas de Israel, desde el comienzo de la ofensiva.
Eso hizo Daranas: reclutar fantasmas del pasado para las batallitas del presente.
“Hacking No. 2”, la pieza inaugural de Teoría Puñetera, exposición personal del artista Lil Puñeta, es la secuela inmediata de su obra debut (“Hacking No. 1”, en El octavo círculo, curada por Magela Garcés). Este nuevo hacking hurga en los archivos de mensajería de la cuenta de WhatsApp de la otrora curadora.
El aplauso no es un (auto)reconocimiento. Es la ocultación del miedo, la manifestación de la hipocresía y un profundo sentimiento de lástima. Todo junto en un mismo paquete, en un mismo aplauso. Aparte, es ruidoso y de mal gusto. Me gusta más el aplauso chino que no es chino, o el aplauso para sordos. Pero no soy sorda y tampoco china.
El fin del mundo, o el fin de la civilización, es una de las más grandes obsesiones masoquistas de una humanidad que no deja de coquetear con su destrucción irreversible. Las resonancias mitopoéticas y artísticas del apocalipsis juegan el rol placentero de una parafilia: la asfixia erótica.
Julio Hernández Cordón nació en Estados Unidos en 1975, de padre mexicano y madre guatemalteca. Siempre ha sido un referente para mí, una fuerza infinita para poder hacer cine, aunque no tengas ni un peso. Su obra es difícil de catalogar, pero lo que nadie puede negar es que en sus imágenes hay una bomba tremenda.