“No la interrumpo / dejo que pinte / todo / lo que se vuelve tangible./ Me asusto / y respiro / para saber / si aún / soy espesor”.
“No la interrumpo / dejo que pinte / todo / lo que se vuelve tangible./ Me asusto / y respiro / para saber / si aún / soy espesor”.
Los mártires mueren sin renunciar a su causa o sus ideas, y Plácido siempre dijo que era inocente.
La revolución la empezaron las mujeres, no los obreros.
“Lo que verdaderamente define a Oswaldo y Alexei es su coraje, su inquebrantable compromiso con la justicia y la libertad. Son héroes no por cómo murieron, sino por cómo vivieron y por el legado de resistencia que nos dejan”.
La idea es arrojar la Isla al mar, pero hay un problema: pesa muy poco.
El expresidente ruso y actual vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia afirma que las relaciones entre Estados Unidos y Rusia son peores que durante la crisis de los misiles cubanos de 1962.
Payá, reconocida por su defensa de la democracia en Cuba, acompañará a Giménez con el objetivo de destacar la grave situación de los derechos humanos en la isla.
El domingo 10 de marzo se celebra la 96 edición de los premios Oscar. El crítico de cine Antonio Enrique González Rojas comparte su valoración de las películas nominadas.
Luis Gómez es uno de los artistas cubanos más destacados. Su obra se halla en la intersección de las corrientes más importantes del arte contemporáneo. “Mi obra tiene que ver con mi opinión sobre el cómo de lo que sucede en el entorno artístico, o sea, sobre su política y sus gaps, que pueden ser de muchos tipos, desde estéticos hasta éticos” .
Ha muerto el Yolo y la noticia es un puñetazo en el mentón. Una muerte más. Un amigo menos. El Yolo y yo sostuvimos varias conversaciones en esa Habana extrarradio que recibía los olores del gran vertedero cercano a la Cujae. Hablamos de literatura y de guiones, y de la infantería del amor.
De máquina respiradora a máquina respiradora, una muerte lenta. Nadie sabe por qué se muere el hijo que soy. Que nadie diga nada. Los médicos chocan entre ellos a la hora de decir cuál es el estado del paciente. Lo saben, pero no lo dicen. Tocan mi cabeza, pero no confiesan. De muertes a muertes, lo que aprendí no se lo digo a nadie.
24 horas más tarde aterricé en La Habana y le entregué ese texto clandestino (no anunciado) a Carlos Rafael Rodríguez. Poco después Crónica de una muerte anunciada fue publicada simultáneamente en Colombia, en España, en México y en Argentina. Obviamente el Gabo había obtenido el imprimátur de Fidel Castro, como compete a toda alta autoridad eclesiástica o ideológica. La Edad Media casi en estado puro.