Filosofía de la curiosidad

La obra filosófica de Jorge Mañach tuvo su mejor momento entre mediados de los 40 y principios de los 50, cuando su permanente intervención en la vida pública de la isla, tan intensa durante las revoluciones de los 30 y los 50, fue menos protagónica. En esos años el pensamiento de Mañach se acercó más propiamente a una articulación filosófica profesional, sin una apuesta sistemática que, como veremos, era una renuncia básica de su proyecto de saber.

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