Hubo una Torre y sus almenas… Reina nos dejó también. Y no la culpo.
Controvertido, pero innegablemente influyente, 6ix9ine, una figura prominente en la escena Hip Hop, ha sido conmemorado con una “estatua de oro” en Cuba.
“Dos artefactos explosivos colocados a lo largo de la carretera que conduce al cementerio fueron detonados a distancia por terroristas”, según declaró un funcionario iraní.
Relación actualizada de los artistas e intelectuales cubanos privados de su libertad.
Mi primer encuentro con Nueva York fue decepcionante: en 1980, convivía con la pujanza consagrada por el cine y la literatura, la mugre de una palpable decadencia.
Dos mil personas encerradas en un pueblo que está en el mismo centro de una isla que también se ha encerrado en sí misma: ‘Atlántida’.
Las viejas estructuras de las escuelas Pías se resisten a desaparecer bajo las capas de la desidia en que la isla sucumbe.
Uno de los títulos de este año es sin duda ‘Cuchillo. Meditaciones tras un intento de asesinato’ (Random House, 2024), de Salman Rushdie.
En una de esas tardes de desesperación, la profesora me comenta la decisión: “Abandonaré el país, lo estoy vendiendo todo”.
Puedo esgrimir un argumento a favor de la pertinencia de Sherlock Holmes aquí y ahora. No existe, a mi entender, otro personaje literario con su estatura mítica y su proyección internacional que haya encarnado con tanta coherencia los ideales del liberalismo, siempre válidos, oportunos y defendibles frente a la barbarie totalitaria.
‘Pastel’ es una entrega de la serie ‘Cosa seria’, una columna de opinión del artista Omar Santana, en ‘Hypermedia Magazine’.
La próxima semana se estrenará en todas sus redes sociales ‘Arrímate’, de Vanito Brown, con Niuver, Alfredo Chacón y Elmer Ferreira.
Muchas de las cosas que están en este Código son peleas mías de hace muchos años, décadas en esa lucha.
“Los únicos agentes de influencia en Cuba son dos de nuestros grandes adversarios: Rusia y China. Si vas a intentar influir de alguna manera en Cuba, tienes que estar allí”.
El arte de Ezequiel Suárez constituye una bocanada de aire fresco, un palmo de narices, una burla a costa de la cultura seria. Una oposición radical al arte establecido, complaciente, ilusionista y sentimental. Un rechazo a cualquier forma de arte virtuoso, técnico, profesional, doctrinario…