Escribir es diseñar el destino, apresurarlo, convocarlo y hasta planificarlo, dentro de eso que los físicos místicos denominan ‘conciencia no local’.

Escribir es diseñar el destino, apresurarlo, convocarlo y hasta planificarlo, dentro de eso que los físicos místicos denominan ‘conciencia no local’.
Un hombre blanco mata a tiros a tres negros en un Dollar General. El atacante, motivado por ideas extremistas, se suicidó más tarde.
Como si nada humano quedara sobre La Tierra. Como si las máquinas estuvieran dispuestas a descubrir nuestro pasado a través de avatars.
“Larga vida a Alexey Navalny”, rezaba un mensaje en el sitio web pirateado, acompañado de una foto de Navalny y su esposa Yulia en un mitin político.
Haití, el país más pobre del hemisferio occidental, lleva mucho tiempo siendo un país disfuncional y plagado de violencia.
Un tribunal ruso prorroga hasta el 5 de junio la detención preventiva de la periodista, que se enfrenta a 15 años de cárcel acusada de difundir “información falsa”.
El cine cubano, que ganó popularidad y fama en el pasado, es cosa del pasado y que no es probable que se regrese a los “tiempos dorados”.
Sólo escribo. Cuando lo hago, soy libre. Es cuando único soy libre. Antes lo hacía para comer y era respetado. Escribía por encargo. Y sólo por encargo. Ahora lo hago porque soy libre.
Los puntos más conflictivos de la frontera pueden cambiar de la noche a la mañana, y tan rápido como se contiene una zona, aparece una nueva “zona cero”.
Una lectura de El compañero que me atiende (Hypermedia, 2017).
“Si bien Puerto Rico comparte con América Latina tanto el idioma y un pasado histórico colonial bajo España, la realidad inescapable es que es el único país latinoamericano que nunca se independizó”.
‘Malabarismos’ es una entrega de la serie ‘Cosa seria’, una columna de opinión del artista Omar Santana, en Hypermedia Magazine.
Me imagino el mar como un valle de lágrimas. Como el valle de lágrimas de mi madre. De mi madre que me escribe para contarme que un paquete de leche en polvo cuesta quinientos pesos en Holguín.
Tras el primer lustro del renombramiento del teatro habanero y los 85 del fusilamiento de Federico García Lorca.
Salvo contadas excepciones, el cine cubano continúa siendo hoy más de lo mismo. Dos filmes nacionales, proyectados el pasado año reafirman esa persistencia estéril en un decadente paradigma realista, en una estética de la repetición que el espectador consume como parte de un ritual en la luneta.