¿Te vas? ¿Otra vez te vas? ¿Y hasta cuándo? —ella interroga, pero el hombre la mira y no responde. La mira y no la besa…

¿Te vas? ¿Otra vez te vas? ¿Y hasta cuándo? —ella interroga, pero el hombre la mira y no responde. La mira y no la besa…
‘Réquiem’, una cartografía artística de los estadios del duelo: crisis, negación, ira, aceptación y aprendizaje.
Se ha tiempo especulando sobre algo que ni siquiera el propio poeta se molestó en aclarar: Heberto Padilla fue el Caballo de Troya de Fidel Castro.
Project Syndicate: “La toma de posesión del presidente guatemalteco Bernardo Arévalo, retrasada nueve horas por un intento desesperado de impedir que asumiera el cargo, ilustra los retos a los que se enfrenta ante unas élites corruptas”.
Nina Zubareva, superviviente del sitio de Leningrado, falleció en Cuba, anunció la embajada rusa en La Habana.
Ecuador planea modernizar su ejército con material estadounidense, y ayudar a Ucrania mediante la transferencia de sus viejos equipos rusos.
Crecen las sospechas sobre el paradero y protección de Vladimir Cerrón, ex gobernador de Junín, actualmente sentenciado por cargos de corrupción.
Netflix resuelve una demanda por difamación presentada por José Basulto, responsable de Hermanos al Rescate, por su imagen en “Red Avispa”, evitando así un juicio con jurado.
Una masturbación es el diminuto triunfo de lo irrepetible.
Un temporal: temperatura, balón, ecosistema, niebla, neblina, pellejos, broncas, pingas, asesinatos, pesca de clarias y plástico. Para robar un tanque de agua o de basura no hay que saberse ninguna cita de Nietzsche, bebé, ni de ningún pensador influyente en la cosmovisión de un dictador. Lo único necesario es haber nacido en este país.
Trump, ideológicamente, es una propuesta menos dañina. Cubadebate publicó hace poco un artículo que clasifica dos vías de subversión: “la estrategia Trump” y “la estrategia Obama”; la segunda es considerada la más peligrosa. En algo lleva razón: cuando las faltas ajenas son menores, las nuestras resaltan.
“El deseo urgente de evadir la realidad nacional y el servicio militar obligatorio, me llevaron a estudiar arte. Haber sido alumno de Antonia Eiriz, luego mi amistad con Servando Cabrera Moreno, Raúl Martínez y Umberto Peña, junto con la convivencia y el apoyo de mi madre, Thelvia Marín, fueron elementos decisivos en mi formación”.
“Si un artista ha propuesto un nuevo consenso sobre la política, sobre oponerse políticamente en Cuba, todo el que venga detrás está por fuerza dentro de ese consenso. Y mucha gente va a tratar de verlo desde esa mirada del arte, lo cual incluye múltiples entendimientos, desde la referencia hasta lo estético, pero a todos los tomarán en cuenta como arte”.