Ylena Zamora-Vargas

Dos contra el mundo

Para la Paz hacen falta dos dedos y un puño como el símbolo icónico de los hippies. Ellos saben algo del mundo que no saben los otros. Estar contra el mundo es una tarea para los dedos que están más cerca de Dios. Para un diálogo te necesito como necesita Dios al Diablo o el Diablo a Dios, ¿quién en realidad fue el primero de los dos en crear el mundo? ¿No lo habrán hecho ambos a la vez como hacemos el amor tú y yo o es que acaso Dios se vino primero y acabó el placer del momento y entonces el diablo se quedo con las ganas, esas ganas que ahora atormentan a los hombres malcriados, enfurecidos contra el mundo perverso, un mundo que se fatiga en busca de un orgasmo perdido? Dos contra el mundo, así fue en el principio y será por los siglos de los siglos. Yo quiero ser dos contigo, mi amor, no me dejes ser solamente el mundo ni tu mundo. Yo quiero ser sencillamente el número dos de la Paz.


Se encuentra

este no es un poema de amor
es un poema de amor en busca
es un poema de no alcanzar
porque el amor es demasiado alto
y aún está creciendo el poema
tampoco el poema debe sentirse obligado
a alcanzar al amor tan alto
la obligación podría ser un poema
pero tampoco el amor obliga
y sin embargo el poema se siente obligado
 
¿quién lo leería si estuviera hablando de la soledad?
 
y sin embargo del amor no trata
 
solo del amor en busca,
del solo amor en busca,
del amor solo en busca,
en busca solo del amor,
en busca del solo amor,
en busca del amor solo,
 
busca del solo en amor,
 
por si acaso,
ando buscando.


El valor de una coma

¿Cómo estás?
 
Nada bien,
 
Nada, bien,
 
Estoy pensando en la coma que te di,
que para eso no hacía falta que entendieras mi manera de amar,
No hice, dejé de hacer,
pero igual es difícil sentir algo hermoso
y no pensar en ti,
Después de la pausa,
sigue el pensamiento,
pero
sin tanto dolor,
con más aire,
sin ahorcarse,
La soledad puede ser un regalo
y el recuerdo es parte del logro,
 
Nada, bien,
 
Por si todavía quedan restos.


Comalista

Soy comunista y capitalista,
soy comalista,
reparto comas,
y hago listas,
y hago listas con comas,
porque me encantan las pausas 
indefinidas
como las comas que guiñen,
Saben más que tú.


El tiempo, el implacable

La vida es larga, dicen,
Pero, ¿y la muerte?
 
Se arrodilla, se dobla hasta partirse,
se queda corta y baja la cabeza,
La guillotina, todos pasamos por ella,
 
La muerte es breve,
súbita, instantánea, más que nada permanente,
tal vez por eso larga, larguísima,
Pero en si es el tiempo el que no acaba,
 
El tiempo, ese largo y manso útero de todo y agujero negro,
el largo que se sigue largando y alargando más,
Cuando se acabe, ¿a dónde irá?
 
De pequeña oí decir que la niñas buenas iban al cielo,
luego crecí y también fui al cielo,
un vasto espacio monótono y aburrido,
pero sobre todo muy solitario,
Entre su vieja población de canosas nubes,
sólo dormí, como los viejos que siempre duermen,
En el cielo no hay más nada que hacer que no sea dormir,
Me vi flotando sobre toda aquella inmensidad
y me di cuenta que el cielo estaba en la tierra
donde fui, soy, y volvería a ser tan feliz,
 
Sentiré emoción en mi entierro,
Que mi cuerpo se quede
arraigado a esta tierra que me ha parido tantas veces,
La amo, no sé si pueda amar en otro lado,
 
Los que inventaron las metáforas imaginaron poco al nombrar el cielo,
Jamás imaginaron que también lo colonizaríamos,
quizás porque sus mentes ya estaban colonizadas
y el colonizado no se imagina ser colonizador,
 
El que es colonizado no debe colonizar,
Quien ha sufrido no debe hacer sufrir,
El que es amado no debe amar,
El amor y amar son siempre la excepción,
 
Todavía no he ido al infierno, ¿existirá?
Si no existe ¿a dónde vamos los malos?
Si no existe ¿qué inventaremos para que la muerte no sea tan
brevemente insoportable?
Sí, no existe,
 
La vida es larga, dice la niña mala,
Pero, ¿y la muerte?, pregunta la niña buena,
 
Las dos, dicen las dos.


Nueva York

Siempre
nueva te veo, aunque vieja en alma por la lucha, como la sal que se escapó del dulce mar y aquella palabra que no se encuentra,
Con amplia voz te digo que te amo porque me he entregado a otras luces y avenidas, donde los patos susurran, los coches caminan y suenan gloriosos los latidos del corazón,
París, más linda que tú, pero no más mía,
Otros puentes me han encantado, otros parques azules, otros verdes lagos, otro cielo rojo que se desborda con pena, afligido por los terremotos de mi carne,
El resto no me ha convencido de amarle como a ti te amo, incluso con los ojos cerrados veo tu belleza,
Más de 8 millones de hojas barriéndolo todo, hasta tus esquinas, y las raíces creciendo hacia el cielo rascando el 8 al revés, porque como árbol torcido no tienes tronco,
¿Cómo te respaldas pidiéndome que sea alguien?
Tu reto despertándome antes de cruzar la calle,
La muerte siempre presente, la vida nunca ausente, las dos revolcándose y yo que nunca digo siempre,
Es que no hay quien a ti te engañe, nueva vieja, eterno viaje, la cárcel más libre que hallé entre el respiro de otro aires,
Los vientos aquí tienen olores de otros olores, y entre los olores se suma la D, de deseos desiertos, de dormidos durmientes, de divinos disgustos, de dueños decentes, de divididas diestras, de difíciles damas, de dedos dóciles dañados por desvíos, de dioses duros con d alta, porque al destino se lo tragó la estatua de la libertad,
Los olores con d, d con olores, dolores, dolores dolidos y al decir de Darío, llena de “dolor, dolor, dolor”,
¿Dónde naciste?
Dolor que me encanta, dolor que me ama, dolor que te quiero, duéleme más,
Entre la Quinta Avenida del Bronx, la escasez y la contradicción,
entre todo esto y eso, quien no se enamora de ti Nueva York, se pierde el orgasmo infinito de volver todos los días a un lugar diferente,
La necesidad me enamoró de ti, te dejé enamorarme, bien sé que tú también me necesitas, aunque a ti no te importa lo que se sepa, lo que sé, lo que saben, saber,
Los sabios no saben,
Sienten,
¡Sentimiento no me dejes!, empecé con siempre, nunca me dejes Sentimiento,
nunca.


En busca de una lengua perdida

Para los que aman a distancia…

Estar sin ti es respirar con un solo pulmón
oír con un solo oído,
ver con un solo ojo,
caminar con un solo pie,
tocarme con un solo dedo,
venirme con un solo labio,
Estar sin ti es necesitar dos lenguas,
I want to be
With you.


El dolor de hacer daño

Para los que dañan, sin querer o queriendo…

Porque el que hiere también sufre,
sufre el dolor de doler menos,
El dolor en silencio,
un dolor prisionero de culpa,
un dolor sin derechos,
El dolor de tener el poder
en el duelo del amor contra poder doler,
Y es que en un duelo duelen dos,
el que mata y el que muere.