casi casi salaz
Una noche tumultuosa. Callejón de bajos
fondos. Como al raspar los líquenes frenéticos
de un muro las fachadas de la historia toman
cuerpo en el estrago. Lo claro se degrada y (en
tránsito) va urdiendo interminables caracteres.
Resulta que es otoño, aquí, en terreno nulo, y
del riego labio a labio no restan incidentes
(salvo el éxtasis que, rápido, amenaza
derramar). La extremidad se esboza como
plástico artificio eslabonando el cuello. Vocablo
impenetrable, asociación verbal obscena: sin
pensar invento bálsamos —su fundamentación—
que mi víctima desmiente uno por uno. Pero
todo se derrama podrido entre el marasmo y
aceptado en su fermento. Atravieso inanimado
(hematoma) por la anécdota, como residuo
sólido en su río a la cloaca.
en mis días de quimera
Escucho bocanadas, misivas de Albanyá: materia
prima enferma y hasta en código aberrante.
Repaso, silbo sílabas: regreso de leer, y así padezco
el golpe que me decapitara. Todo tiempo es
esqueleto, repite, putrefacto, como descarga ruda
de yeso de las vísceras: que liquen era el viento
profano de noviembre tratando de incendiar con
droga los retablos. Otorgo la razón: ya no se
reproduce la carne-maniquí. Y aquí su umbral
descansa.
Los gatos de Aldaburu
A María Inés, en Buenos Aires.
Los gatos son constantes vertebradas en el tedio. Los gatos, en instinto, son preguntas.
¿Cómo ensanchan ambas córneas en lo oscuro cuando inquieren por el iris de un espejo?
Su mutismo sibilino es lo que intriga, pero en toda la egipcíaca estructura: ¿cómo pudo no escurrirse por las grietas la misiva tan felina de una mole?, ¿cómo pasa por los tantos estados de materia (va de pez a pedestre al aerostato)?
¿Eran cartas de amor las que escribía? La respuesta se desliza en los tejados.
Un minuto de retraso mental
Pensar, medir, pesar, cernir,
todas esas son trampas del pasado,
reserva espectral de sentimiento muerto
Gopalakrishna Adiga
00:00:01
el cráneo traga escombros
¿es ello recordar
la acerba senectud
de episodios sepultados
sentir su bumerang abominable?
tan solo exuda cera
de recuerdos corrosivos
el cerebro en su razón ferruginosa.
00:00:08
recuerdo que me dijo:
“cultiva el mar que puedas
del surco de las rocas
los límites que puedas conculcar
las islas tienen todos los caminos mutilados”
como el recuerdo quema
yo la recuerdo ahora
“magdalena cuando dios la perdonó”.
00:00:12
destilándolos de ti
del olvido renovable
y reconstruyendo tramas
con su propia disolvencia
los recuerdos revelados por el polvo
pensamientos que están juntos por ventosas
en los acres infinitos de la amnesia
y en la muerte
los recuerdos precipitan sus escombros
infestando lo que ha sido perfección.
00:00:14
recuerdo que mutilo
de mi encéfalo minado
cosiéndose contigo
y contra mí
transcribe un estallido
como tumor perpetuo
la cabeza que será su calabozo
aunque yo me reconstruya
en sus vestigios.
00:00:16
recuerdos que se van por la fisura
de las turbias catacumbas craneanas
la navaja de la mente
nunca deja cicatrices
pero amputa.
00:00:18
edad de herida
de cimiento mortecino
una vida que uno mida
en horas-niebla
esa vida va sumando cataplasmas
que muele el mundo
en su reloj dentado.
00:00:20
yo creo que un recuerdo
es como un cuajo
pasar espeso
de restos no rocosos
que trajeron turbonadas
pared de esparadrapos
entre la tierra y tú.
00:00:21
el bulbo de un recuerdo que no cuaja
como hablado con los labios abolidos
así se queda, crudo, por inoculación
de sus procesos ácidos
aunque eterno, ya se descompondrá.
00:00:24
foso negro lo que ha sido
pero existe, si lacera
que no debe devenir
rasgando el nudo
de su germen conculcado
disuelto en el olvido
un fragmento
de recuerdo diferido
recobrado con burbujas
que se borran.
00:00:25
en un tiempo conjuntivo
sin poder proliferar
cuando el eje segregaba superficie
recordé:
cierta vida fracturada
con signos en carroña
la máquina de un mundo contumaz
y de ese modo sigo
abisal en regresión
revenando en los vestigios
de su boquete muerto.
00:00:29
te recuerdo por trombosis
de repente
con mi lógica disuelta
tu recuerdo tardará en descomponerse.
00:00:45
como pensar por cepas
o en estados expansivos
o con la mente en neutro
o no pensar
los sucesos, sin oasis
del recuerdo desmembrado
resultan ser la suma
de su sedimentación.
00:00:46
los recuerdos son poemas
incubando una hecatombe
residuos no letales de aquello que no ha sido
los recuerdos son carroña del que regresó de errar
cenizas que susurran ciertas cosas
la reconstrucción quebrada
del abismo que uno es
hematomas que destilan anatemas.
00:00:51
lo que se fue remonta
pero en tumor efímero
como esquirlas de un recuerdo en bumerang
mil pedazos
que yo mismo yuxtapuse
como forma de sumar lo descompuesto.
00:00:52
ya no pienses que el vacío es una casa
donde fermenta el mal
del que viviste
ni en personas de cemento
pero en avalancha fija
su centrífuga fecunda
una casa carece de raíz
para emerger de cosas que se escapan
madreperla
es esa valva que remolcas.
00:00:54
recuerdo negro y magro
demasiado demolido
la criba de pedazos
en ráfagas disueltas
un eclipse sin el pulso de las cosas
pensar en eso drena
desmantela mi espinazo.
00:00:55
copos como esquirlas caen
desde un germen fragmentario
de amputar un cuerpo roto
de pensar
sobre regiones muertas
en un centro constrictor
destejidos de su propia antimateria
nada es nieve
nadie es nada
y la vida es un deshielo.
00:01:00
un minuto
de retraso mental
es un recuerdo…
Música ósea (fragmento)
cuerpos, cuerpos, cuerpos: intervalos de más
tundras y erupciones de luz sólida
eslabonando vida, subordinando espuma,
volcándose y volviendo a caracoles
follaje solo en su pavor cerval que responde
con enigma a su aflicción:
esos cuerpos devorados por la historia y
abstraídos del tormento de las tramas
cuerpos solos, lapidados por la bruma,
malheridos por los fosos seculares:
manto de fecundo magma, supernovas
estallando por adentro
ramalazos que los suman a su física celeste
más cuerpos y más cuerpos, cera fría en las
fisuras que asimilan a la urdimbre sus lesiones
espejismos amputados, desprendidos, de un
espejo, mas dragados por su propio vidrio en
polvo
¿cómo encuentras las sequías de su porvenir
poroso pero de repente vítreo
de entre hormas de los astros, bajo códigos tan
crudos recobrados hebra a hebra
siendo siempre incidentales en el lodo
primitivo, como sobras de un mortero de
matrices?
porque siempre ha habido cuerpos en procura
de holocausto, su caída yugulando la memoria:
filones sacrosantos, como huracán en coma:
los cuerpos son el cielo de novalis
¿no percibes que se astillan y se descoyuntan
juntos, que —tocándolos— se vuelven
procelosos?
¡cuerpos, cuerpos! tramados con neblina,
depurados de bosones por la arena
creando inconsistencia con porosidad viscosa
religando lentamente sus fragmentos
acarrean contusiones de existencia retroactiva
en la atmósfera en cadena de sus huesos
umbral de imprecisiones que, en un caudal de
esquemas, exige su ablasión:
los cuerpos acontecen del mercurio de la
alquimia sumando peso muerto a su dibujo
basto
carnívoros, pero proliferantes, igual que un
vendaval de acetileno
cuerpos crudos de colosos socavados,
estadística de escualos en sus triángulos
concéntricos
fusiones de hemicuerpos acumulando anillos
que pronto desembocan en fantasmas
los cuerpos que en las sienes uno deja dilatar si
se suman se deshacen
siempre trepan hasta su putrefacción apenas
son cebados en los sesos
los cuerpos solo sanan en pedazos abiertos por
orfebres: por el óxido de ser inexorables
plenitudes implosivas de cuerpos contra
cuerpos incubándose en cuchillos
perfectos en astral de inestable asimetría con el
resto de otros cuerpos macroscópicos
y luego se atormentan por el ímpetu motor y
regresan al no-ser del que cuajaron
pero con cera amorfa de entidades casi densas
de sus componentes cáusticos
estos cuerpos sometidos a la somatopsique de
los que por sí mismos se permutan
cuerpos ríspidos y rápidas escenas de un vitral
que redimen sus pedazos invisibles
se van por una herida, son nómadas inmóviles,
aunque tal vez en ovas de vacío
uréteres de cuerpos obturados que perdieron la
cabeza como sueros de sí mismos, de bitumen
cuyas formas se cincelan con las células de
nadie, con circuitos de esplendor y
podredumbre
descontinuarlos pronto, caducado su consumo
por la muerte que encarnó en su cavidad:
estos cuerpos estancados en el radio de un reloj
eclosionan careciendo en qué extinguirse
por caminos siempre espesos la respiración
viscosa, los deseos que cesaron cerrazones
cavernas de la carne de los cuerpos de alquiler
que la herrumbre derrumbó
cuerpos, cuerpos, terriblemente abstractos,
pero en correlato neutro
sujetos al no-espacio, salamandras inasibles, así
que solo afluyen desde su alucinación
por materia prima niebla de acuarela dilatada
contrapone carne arcana a la embestida
la fisura, lo visible, por efecto de lo informe,
inocula silicón en sus fracturas:
los cuerpos sobreviven a racimos de siniestros
al tocar la imperfección de su destino
© Imagen de portada: León Félix Batista.
Sobre el autor:
León Félix Batista (Santo Domingo, República Dominicana, 1964). Ha publicado El oscuro semejante (1989), Negro eterno (1997), Vicio (1999), Burdel Nirvana (2001, Premio Nacional de Poesía Casa de Teatro), Mosaico fluido (2006, Premio Nacional de Poesía Emilio Prud’Homme 2005), Pseudolibro (2008, Premio Nacional de Poesía Universidad Central del Este 2006), Un minuto de retraso mental (2014, Premio Nacional de Poesía Emilio Prud’Homme 2013), Música ósea (2014) y Poema con fines de humo (2022, Premio Nacional de Poesía Salomé Ureña de Henríquez 2021). Existen varias ediciones, “excrituras” y antologías de Se borra si es leído (2000); Crónico (2000); Prosa del que está en la esfera (2006, 2007); Inflamable (2009), Catorce torsos (2009), Delirium semen (2010), Caducidad (2011), Sin textos no hay paradiso (2012), Joda poética completa (ebook, 2013), El hedor de lo real en la nariz imaginaria (2014), Duro de leer (2015), Próximo pasado (2018), Prosa de fabricación casera (2018), Delirium (2020), Formas insuficientes (2021).
Ana Varela Tafur
Ana Varela Tafur (Perú, 1963). Poeta, docente y activista cultural. Ha publicado, entre otros títulos, ‘Lo que no veo en visiones’ (1992), ‘Voces desde la orilla’ (2000), ‘Dama en el escenario’ (2001) y ‘Estancias de Emilia Tangoa’ (2022).