A veces, el socialismo parece ser sólo una larga lista de todo lo que no puede hacerse.

A veces, el socialismo parece ser sólo una larga lista de todo lo que no puede hacerse.
‘Peje grande y peje chiquito’ es una entrega de la serie ‘Cosa seria’, una columna de opinión del artista Omar Santana, en ‘Hypermedia Magazine’.
Ana de Armas se mantiene estoicamente comprometida con su personaje, aunque el resto de la película conspire para ahogarla en las extravagantes marismas del grotesco.
La creciente inflación del 140% empuja a los ciudadanos a los mercados de segunda mano en busca de ropa, ya que el aumento de los costes y la pobreza modifican los hábitos de compra.
En la pantalla de mi televisor, la pizarra humana parecía respirar, sincronizada o con desfasajes, mucho mejor que cualquier animación actual.
Justina Orozco Jirón se ve obligada a exiliarse tras ser coaccionada a pedir disculpas al presidente Ortega y renunciar a sus derechos.
El presentador de Univisión Jorge Ramos critica la entrevista de la cadena a Trump, planteando
Mientras Kcho se codea con la curia pontificia, en Cuba hay artistas presos por intentar ejercer su creatividad y sus derechos.
Hamás libera a un tercer grupo de rehenes en un intercambio con Israel, mientras Estados Unidos espera una prórroga de la tregua en medio del actual conflicto de Gaza.
El escritor y profesor Michael H. Miranda conversa sobre el trabajo de Hypermedia y los autores, que a su juicio, representan mejor el catálogo de la editorial.
“Hola, mi nombre es Cuquita, the Cuban Doll. Nací en La Habana y ahora vivo en Nueva York. Me identifico como mujer. Me encuentro rodeada de espinas. Además, menstrúo cada mes. Meditaré mi salida del capitalismo y el comunismo por 30 minutos. Únete si quieres. Por favor no me toques”.
Estas fotos, junto con otros textos etnográficos que Alejo Carpentier saca de los libros de Fernando Ortiz, Ramiro Guerra y otros autores cubanos, pasan por un proceso de adaptación para servir sus propósitos. Carpentier hace que la realidad se ajuste a sus deseos, que los textos que cita se ajusten a sus propósitos como escritor.
Gustavo Acosta dibuja y pinta el futuro que se hunde en el pasado, el derramamiento del sueño en la vida real, los recuerdos fraguados por la erosión del olvido. No tiende al espectador anhelante el cebo de una significación, de una demostración, sino una sugerencia para que su visión se abra, desborde su época y resuene su espacio mental.