Javier Milei gana la presidencia de Argentina, poniendo fin a la era Kirchner y prometiendo drásticas reformas económicas y una vuelta a los valores liberales. ¡Viva la libertad, carajo!

Javier Milei gana la presidencia de Argentina, poniendo fin a la era Kirchner y prometiendo drásticas reformas económicas y una vuelta a los valores liberales. ¡Viva la libertad, carajo!
Lo realmente terrible es el hecho de que mi madre fue a Cuba a ver morir a su hijo.
La bruja determina las leyes de los ámbitos que ocupa. Nunca se adapta. Es un ente contundente, una fuerza transformadora.
El destino de Argentina pende de un hilo: La promesa de estabilidad de Massa frente a la sacudida radical de Milei en la votación decisiva de este domingo.
A ratos, Paradiso y Lezama se ponen muy radiactivos. Lo adviertes cuando ya es demasiado tarde: en la parte del conteo regresivo.
¿Por qué los periodistas jóvenes son capaces de trabajar para los medios estatales incluso cuando los perciben como personal y profesionalmente opresivos?
El ejército cubano muestra vastos arsenales subterráneos de armas de la era soviética, destacando depósitos estratégicos cerca de la costa estadounidense.
Los votantes hispanos de Florida favorecen a Trump frente a Biden para 2024, con un 45% respaldando a Trump y un 39% a Biden.
Intensos ataques aéreos israelíes golpean Gaza tras el fracaso de una tregua de una semana con Hamás, causando más de 100 muertos.
Hasta ahora se había hecho mayormente con ratas de laboratorio, es decir, con novelas, pero sí logró aplicarse efectivamente para predecir las movidas de un asesino en serie que se basaba en novelas. Tuvieron que morir varios antes de obtener el coeficiente adecuado, pero todo crítico tiene sangre en las manos.
Conversar con un OMNI de ZonaFranca siempre es un desafío, e Hypermedia Magazine tuvo a bien convocarlo. Desafío en cuanto al carácter agonista y trascendental de los miembros de este proyecto, que se obstinan en afinar sonido, poesía, cuerpo y performance en la nota bondad-belleza-verdad.
Mi perseverante autoaislamiento comenzó en 1972, cuando tenía 11 años de edad. En paralelo a un enquistamiento insular, ya que por muchos años a los cubanos se nos prohibió viajar a otros países, es decir, fuimos sometidos a una cuarentena de fronteras sin piedad y sin nasobuco: un castigo sin culpabilidad.
“¿Estás de parto?”, le pregunté, por preguntarle algo, a mi embarazada. Ella me miró, contenta de contestarme, a pesar de las ráfagas fértiles de su dolor. “No, estamos de parto”, me dijo. “Voy a parir una hija tuya. Se llamará Luna Isabel. Será tu única hija y te va a adorar”. Casi meto un frenazo. My daughter, pensé, my sweet little daughter.