La izquierda latinoamericana endurece su postura contra Israel en medio del conflicto. Bolivia corta las relaciones diplomáticas y Colombia equipara las acciones al régimen nazi.

La izquierda latinoamericana endurece su postura contra Israel en medio del conflicto. Bolivia corta las relaciones diplomáticas y Colombia equipara las acciones al régimen nazi.
Si alguna verdad transmiten las fotografías tomadas por Eldy Ortiz es la de imaginar lo insoportable: la verdad de la espera por el dato del terror.
Un ataque israelí contra un campo de Gaza causa 38 muertos; las conversaciones sobre el alto al fuego se estancan.
“Todas las opciones están sobre la mesa”, anunció Hassan Nasralá, en su primer discurso desde el atentado de Hamás del 7 de octubre.
El destino de Argentina pende de un hilo: La promesa de estabilidad de Massa frente a la sacudida radical de Milei en la votación decisiva de este domingo.
Pablo Pacheco Ávila (Puerto Padre, Cuba, 1970) es periodista independiente y opositor al régimen cubano. Miembro del grupo de los 75 condenados de la Primavera Negra. Fue desterrado a España y vive actualmente exiliado en Miami.
30 bebés prematuros, que se encontraban en el hospital Al Shifa, de Gaza, fueron evacuados con urgencia a Egipto para recibir atención.
Más de un millón de personas se manifiestan en Madrid contra el gobierno de Pedro Sánchez, en protesta por su ley de amnistía y las amenazas contra el Estado de Derecho.
La idea es sencilla: cada día, durante los próximos cuarenta, publicaré aquí la versión de un poema que nos ayude a pensar el confinamiento. Rutina, refugio, exploración… Que cada lector escoja el uso que quiere dar a este diario en clave.
“A Kiki Corona nunca le fue bien en el ICRT. Su propia guerra tiene más que su música: está basada en el conflicto del propio Kiki cuando, siendo un chamaquito despreocupado de familia rica, le metieron en la cabeza lo de ser informante y él, tan buena gente, se lo creyó todo”.
En tiempos de COVID-19 no es que la ensoñación mantenga a raya a la locura, sino que la realidad podría confirmarse como una variación de lo fantástico. El comportamiento y la forma del virus alimentan la exaltación del mundo del horror.
El lenguaje de Patricia Heras es corporal y sinestésico, alucinatorio, tajante, indisciplinado. Su vocabulario habla de una electrificación permanente, de la digitación de un mundo que, como aquel piano de la cárcel donde vivió, quiere tocar y no puede.