Cuando la ficción no se nota: un filme sobre la adolescencia en Cuba y la espera del Yuma prometido.
Cuando la ficción no se nota: un filme sobre la adolescencia en Cuba y la espera del Yuma prometido.
¿Qué están buscando, pues, los médicos? ¿Sospechan que la leucemia de monsieur Cortázar no es exactamente una leucemia sino esa nueva enfermedad que ataca al organismo con una crueldad desconocida?
Esa chica sería yo en los sesenta, una piedra rasposa y contestataria. Lástima que nací en el lugar equivocado.
El Parlamento de El Salvador aprueba una reforma constitucional que permite a Nayib Bukele, presentarse indefinidamente a la reelección.
¿Cómo administrar la herencia de Marx y del marxismo y de los proyectos políticos asociados a su pensamiento y doctrina?
¿Acaso hay algo más melodramático que la memoria, que la facultad y la práctica diaria de recordar?
Entrevista con los cineastas Miguel Coyula y Lynn Cruz publicada originalmente en idioma sueco en la revista ‘FLM’.
Flavio Garciandía es un pintor que vive en la fascinación: su pintura no representa la vida, es un silencio que hace viva la pintura, la luz puntual del mundo en el sujeto lírico.
Ketty Blanco, más que un libro de niños, ha escrito un libro de madres.
“Si hubiera micrófonos en casa como antes, seguramente los vigilantes me tomarían por loca mientras me graban hablando contigo”.
¿Por qué Lezama Lima era dado a complicar la existencia con el laberinto de su escritura? ¿Cómo citarlo o parafrasearlo sin que nos domine?
Al interior de las celdas continúan ocurriendo sucesos criminales a los que nadie presta atención: la necesidad sexual habrá de ser satisfecha contra todo precepto.
The New York Times: “No se puede esperar que los votantes ignoren lo que fue evidente: Biden no es el hombre que era hace cuatro años”.
The New York Times: “Si el presidente Biden se planteara seriamente abandonar la carrera, la primera dama sería la figura más importante, aparte del propio Biden, para tomar esa decisión”.
The New York Times: “Puede utilizar su verdadero superpoder: será una implacable fiscal del clarísimo caso político contra Donald John Trump”.
The New York Times: “Los demócratas tienen la obligación política de elegir al candidato con más probabilidades de ganar. Esto se convierte en una obligación moral”.
El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, visitará China el lunes y el martes para hablar de la guerra en Ucrania y de la profundización de la asociación entre Moscú y Pekín.
El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, se resiste a los llamamientos mundiales en favor de un alto el fuego en Gaza, indicando que la ofensiva contra Hamás puede prolongarse.
Venezuela intensifica la disputa con Guyana, siguiendo las tácticas de Putin en Ucrania, con el claro propósito de buscar la anexión del Esequibo.
El amanecer es un resultado que no siempre termina presenciándose, un recibimiento a la luz desde el inconsciente que se sabe devuelto al mundo de la risa y los juegos.
A Otaola se le podría acusar de llevar el anticomunismo hasta la histeria propia del mismo sistema que ataca, y sería verdad. También podría decirse que enarbolar estrategias excluyentes anima a la dictadura a reproducir el mismo patrón, y sería verdad. Pero Otaola es mucho más que una verdad y muchas mentiras.
¿Por qué quiero firmar la carta de La Joven Cuba, a pesar de no conocer a muchos de los firmantes? No necesito imaginar lo que sucederá en Cuba en caso de ocurrir un estallido social. Una lucha descarnada solo conduciría al beneficio de los sectores más reaccionarios.
Conversación con Hamlet Lavastida: “El lenguaje que intenta construir el relato de la Revolución y el Estado es tan desmesurado que señala las antípodas de de sí mismo. Es un lenguaje tan cercano a la burocracia militar que podríamos pensar que la sociedad nunca se ha articulado más allá del delirio de algún lunático oficinista obsesionado con el género policiaco”.
La mejor representación tragicómica de un escritor y la mejor puesta en escena de la maquinaria diabólica de una revolución despótica.
Desde el comienzo de este milenio, la Bienal es solo un nombre: se hace cada tres años o más, según dicten los títeres subordinados al Consejo de Estado y a sus manos “ocultas”, hoy visibles.
“Los cubanos de Miami, toda esa primera generación de la emigración, iban a ver qué hacía la hija de Elena Burke, porque a ella era a la que conocían. Iban comentando, seguro que no va a ser tan buena como la madre”.