En el Gran Tablero de Corcho que es la Isla, cada sujeto posee un puñado de tachuelas y fija allí los sucesos que le importan.

En el Gran Tablero de Corcho que es la Isla, cada sujeto posee un puñado de tachuelas y fija allí los sucesos que le importan.
“Alice Munro es nuestro Chejov, y va a sobrevivir a la mayoría de sus contemporáneos”, dijo la escritora Cynthia Ozick.
Archivos secretos de Hamás revelan una amplia vigilancia sobre los palestinos en Gaza, dejando al descubierto una red que controlaba la actividad política, las redes sociales y las vidas privadas.
Un cacique local traspasa sin dificultad las normativas urbanísticas, y los imponentes muros del eclecticismo santiaguero ceden ante la desidia de los organismos tenientes.
Josué G. Gómez compone un discurso fragmentario a partir de las lógicas asociativas del pensamiento y la poesía.
¿Qué rescato ahora de esa prehistoria? Unos cuantos libros, como siempre.
Through sobbing tears she said “Es que, mija, tú eres la reina.” She wiped some of the tears away and said it again: You are the queen.
Detrás de las glamurosas ceremonias y la fama de los laureados, se esconde una historia sabrosa en detalles, personajes olvidados y decisiones polémicas.
No pudo ser mejor. Él era mi Humbert Humbert. Y yo, su Lolita. Treinta y tres años contra catorce.
La insólita contribución que el barrio de la ficción puede hacer a la memoria colectiva de la Isla sin rebajarse a los clichés habituales.
“No recuerdo en qué momento mi padre me contó que fui engendrado en Cuba, en algún hotelucho de La Habana. El recuerdo con que lleno la laguna es éste: mi papá borracho, contándole a su hijo que sus padres volvieron a México decepcionados de la Revolución pero esperando un hijo. Yo nací al mismo tiempo que su desencanto”.
Capítulo 3
Patio interior del Ministerio de Cultura. Patíbulo intimidatorio del Ministerio del Interior: espacios estériles para Orlando Luis, metáforas miserables del Ministerio de la Verdad.
Todos se irán, como se fueron Fidel Castro y Gina Lollobrigida. Nos dejaron como un toque a punto de sepia en Technicolor, impreso en la memoria de una época espectacular.
La Organización de las Naciones Integradas había hecho declaraciones. Prácticamente autorizaba a matar a los casos más violentos de rabia.
Descubrimos en la ciudad de Holguín a la joya dormida de nuestras letras, a la ‘Dama de la poesía holguinera’, a quien mejor supo combatir, desde otro encierro voluntario, la saña del comunismo en todo el Oriente del archipiélago.
El filme ‘Plantadas’ de Lilo Vilaplana se proyectó en Harvard, reuniendo a cineastas, exprisioneras políticas y la comunidad cubano-americana en un emotivo evento.
La presencia de China en Nicaragua crece con proyectos militares, de infraestructuras y mercados, lo que introduce un cambio en la correlación de fuerzas en el área.
El “Juego de la Green Card” se sumerge en el enmarañado proceso de inmigración estadounidense, desafiando a los jugadores al tener que “esperar en la cola”.
En medio de las tensiones mundiales, Cuba y Bielorrusia fortalecen su alianza, reforzada por los intereses rusos. La profundización de sus lazos económicos y militares podría reconfigurar el panorama geopolítico.
La imagen de mi primito de 15 años, enclenque, disfrazado de policía antimotines, tatuándose en mi hipotálamo ‘forever’.
La necesidad de muestras, festivales, circuitos de exhibición y distribución cubanas, en Cuba, no regidas por las instituciones oficiales, es un alarido de auxilio del audiovisual nacional.
Todo el mundo en La Habana sabe quién es Julito Llópiz-Casal. Todo el mundo también sabe quién es Mario Llópiz-Casal. Los jimaguas. En épocas de vacas gordas, era normal verlos juntos por La Rampa, 23 y 12, Paseo. Pero hace un tiempo Mario se fue, y ahora solo vemos a Julito.
No estuve ahí, pero dicen que Julio Llópiz Casal lamió el piso. Dos líneas: una de mayonesa, otra de kétchup, trazadas sobre el piso del salón. El artista se postró sobre sus rodillas y procedió a lamer el recorrido de las salsas. Evocaba tópicos referentes a la migración; la frontera; la humillación, humildad y esfuerzo del individuo que emprende el viaje del desarraigo borrando los límites.