“Somos cada vez más analfabetos funcionales respecto a la realidad. Cada vez más estériles emocionales e incultos de cualquier cosa humana”.

“Somos cada vez más analfabetos funcionales respecto a la realidad. Cada vez más estériles emocionales e incultos de cualquier cosa humana”.
Carmen Duarte (La Habana, 1959). Dramaturga, narradora, investigadora y académica. En Cuba, su teatro contestatario destacó por su enfrentamiento al régimen. Ha publicado cuatro novelas. Vive exiliada en Miami.
El hambre sigue siendo un arma de guerra y dominación. Su lógica perversa está presente en sociedades subordinadas a gobiernos autoritarios.
El yo de cualquier artista sólo resulta interesante cuando nos propone una relación incómoda con la realidad.
Carrión ha vuelto al origen de la novela como discurso caníbal, con hambre de formas nuevas.
‘Simón’ es un homenaje a los estudiantes que alzaron sus voces contra la tiranía, y que hoy continúan arriesgando sus vidas en las calles de Caracas.
“La plaza Mantilla era una hermosa alameda de recreo, donde los paseos y los árboles conformaron un paraje admirable”.
“No he buscado Patria en la obra de Salinas. La he recibido siempre como una ‘iluminación’ sobre lo intangible”.
“Era inevitable que se cruzaran. Él la miró, acariciándola entera, aunque no pronunció palabra. Ella lo miró, y sintió que empezaba a gustarle”.
Manuel Adrián López (Cuba, 1969). Poeta y narrador. Su obra ha sido publicada en España, Estados Unidos y Latinoamérica. Entre sus libros se cuentan: ‘Los poetas nunca pecan demasiado’ (Madrid, 2013, Medalla de Oro en los Florida Book Awards, 2013), ‘El arte de perder /The Art of Losing’ (Miami, 2017); ‘Los días de Ellwood’ (New York, 2018) y ‘Un juego que nadie ve’ (Madrid, 2019).
Una interesante lectura de Indómito, de Vladimir Hernández, ganador del Premio Internacional de Novela L.H. Confidencial
Luis Cruz Azaceta. No exit es un libro hecho al mejor gusto de Baudelaire, quiero decir, es bueno, hermoso y robusto pero no es el libro de arte convencional.
En él, el artista Luis Cruz Azaceta y el escritor Carlos A. Aguilera, entran en el ruedo de las preguntas-respuestas como dos samuráis a un combate de honor, con solemnidad, gracia y la complicidad irónica de las mentes inquietas, esas que disfrutan de la lucha mientras saben ofrecer el mejor espectáculo.
¿Es posible hacer en Cuba, ahora y en este contexto caótico, una literatura que no sea política?
Comenzó a rodar la muñeca y su universo rosado bajo la aparente máxima de que ‘aquí caben todas’, e incluso ‘todes’.
Leyendo a Piñera y tratando de escribir sobre él, me he metamorfoseado yo también en un mosquito.
La Habana irradiaba un esplendor terminal. Estaba agonizando ante nuestros ojos y era así como nos pedía ayuda, con ese fulgor. Sin aspavientos, resignada a su desaparición. Como una joven que mira discretamente a la acera.
El aumento de la violencia sacude Cisjordania: Aumentan las redadas israelíes, los ataques de colonos y los toques de queda.
Tengo 26 años y cuatro abortos. La primera vez que oí a una muchacha decir que se había hecho cuatro abortos, me alarmé y pensé lo peor de ella. Yo no tenía entonces ni quince años. Ni número de seguridad social, ni una casa propia, ni otras propiedades a mi nombre. Tampoco los tengo ahora.
“La producción de Infraestudio ocurre en la intersección de necesidades externas con obsesiones privadas: deseos ajenos y propios. Los encargos generan las partes de un sistema abierto y las obsesiones las engranan. Cada edificio, cada instalación, cada libro es una caminata en círculos sobre las mismas obsesiones”.