“No he buscado Patria en la obra de Salinas. La he recibido siempre como una ‘iluminación’ sobre lo intangible”.

“No he buscado Patria en la obra de Salinas. La he recibido siempre como una ‘iluminación’ sobre lo intangible”.
La inmigración se perfila como el tema central de las elecciones estadounidenses de 2024, en medio de una alta polarización política.
Las bases de espionaje y el intercambio de inteligencia refuerzan la defensa de Kiev en el conflicto actual.
El libro analiza la obra de varios intelectuales cubanos a los que el autor asocia con la idea de reforzar la decencia de la República para evitar la injerencia de los Estados Unidos.
“El ODC condena la instrumentalización del patrimonio natural y cultural de forma segregada, para legitimar un sistema político-económico fallido”.
Sería en esa perspicacia, en ese olfato de perro pavloviano, donde único se conserva la cubanía, si es que aún existe esa glándula.
Leerlo no agota. Es ágil. Agreste, agorero. Y cómico como carajo. Al terminar, puede comenzarse fácilmente por el principio.
El ODC denuncia la manipulación y el lavado de significado de los Derechos Humanos en Cuba.
Hablo desde un lugar que, de no ser porque me aseguraron que íbamos a estar bien, diría que es lo más parecido a una tumba.
El terror, como medio de contención, ya es incapaz de poner fin a los ciclos de protesta.
Expié la culpa, mi gran culpa, la súper culpa: me convertí en el científico disciplinado que hacía sus experimentos de acuerdo con el Manifiesto de aquel dúo anglo-germano, Engels y Marx.
Alen Lauzán (Bauta, 1974). Periodista gráfico, caricaturista, ilustrador y dibujante. Creador del periódico satírico ‘Guamá’. Colabora con medios cubanos independientes como ‘Hypermedia Magazine’, ‘YucaByte’, ‘Diario de Cuba’, ‘ADN Cuba’ y otros. En Cuba trabajó en ‘Deteté’.
Trump planea una drástica reforma migratoria para 2025, que incluye deportaciones masivas y grandes campos de detención.
Alguien podría decir: he aquí una más de los que quieren hacerse un nombre a costa de nombrar a los que ya se han ganado el suyo. Pero se equivocan. Nosotros no queremos un nombre: los queremos todos y al mismo tiempo. Queremos ver arder el Kempinski como vimos arder Notre Dame. Somos las hijas putas que parió la mujer del carpintero.
“Estoy orgulloso de mi generación: están revolucionando la historia. Tenemos mucho que perder, pero tenemos muchísimo más por ganar. Por eso el miedo a expresarse libremente es cada vez menor. El arte tiene un papel protagónico en un cambio social nunca visto en más de sesenta años”.