Leerlo no agota. Es ágil. Agreste, agorero. Y cómico como carajo. Al terminar, puede comenzarse fácilmente por el principio.

Leerlo no agota. Es ágil. Agreste, agorero. Y cómico como carajo. Al terminar, puede comenzarse fácilmente por el principio.
Rolling Stone: “La aclamada artista cubana de jazz nos habla de su brillante nuevo álbum, en el que combina la espiritualidad tradicional y los sonidos del pop”.
“Quieren que se haga en secreto, sin despedida. Quieren llevarme al borde de un cementerio, a una tumba fresca y decirme: aquí yace vuestro hijo”.
Para nosotros, el mar es la ruta de una esperanzada desesperanza.
En el corto-medio plazo, Venezuela será libre o será totalitaria a nivel castrista. Occidente debe apostarlo todo a la primera opción.
“Cuando llegué a Miami hace un año, me vi flotando. No tenía casa, no tenía documentos, no tenía trabajo, no tenía dinero, no tenía amor y no tenía país”.
Yo era Elena en ‘Corazón azul’. Me encontraba ante las ruinas de una isla. Por fin dejé de matarme. Ya no podría volver a interpretar a Ofelia.
Con su técnica excelente y su goce singular de pianista acuariana, Diana Carbonell Avtodiychuk genera una danza con sus dedos.
Se ha matado por el hijo que tuvo su mujer el mes pasado. El bebé no debe ser suyo, porque salió bastante negro.
Cristián Gómez Olivares es poeta y traductor. Ha publicado, entre otros títulos, ‘Alfabeto para nadie’, ‘La casa de Trotsky’, ‘La nieve es nuestra’, ‘El libro rojo’ y ‘El hombre de acero‘. Es Associate Editor de Cardboard House Press.
‘Unión Obrero Campesina’ es una entrega de la serie ‘Cosa seria’, una columna de opinión del artista Omar Santana, en ‘Hypermedia Magazine’.
La violencia desmedida, la creciente agresividad y la intolerancia contra lo que no comprendemos, fueron las principales motivaciones para esta entrevista.
Las artes plásticas habían logrado fragmentar el discurso, lo cual constituía una intimidación al relato único que aseguraba las ataduras diseñadas por el poder para mantener su dominio.
Israel se ofrece a evacuar a los menores del hospital al-Shifa, de Gaza, en medio de la crisis de combustible y la escalada del conflicto.
Todos los sueños húmedos de mi generación tienen a Wendy Guerra como protagonista, dirigiendo una orgía guerrillera vestida solo con una boina verde olivo hecha por Gucci, mientras cabalga sobre Julio Antonio Mella. Y contrario a lo que pueda pensarse, esto tiene que ver más con el MeToo que todas las páginas que se han escrito al respecto.
“Aún no he concientizado completamente cuánto han calado estos casi dos años en Madrid, y cuánto han influido en mi trabajo. Siempre me he enfocado en temas estrechamente vinculados a mi país y su realidad, pero igualmente frecuentes en otras latitudes”.