The Wall Street Journal: “El programa ofrece permisos de trabajo, protecciones contra la deportación y una vía hacia la ciudadanía”.

The Wall Street Journal: “El programa ofrece permisos de trabajo, protecciones contra la deportación y una vía hacia la ciudadanía”.
¿Qué está dispuesta a entregar la administración Biden, por la tranquilidad empresarial de ExxonMobil, la cooperación sin reservas de Guyana y el olvido de Nicolás Maduro?
Este aumento, el primero desde 1908, se debe principalmente a los emigrantes que huyen de las crisis políticas y económicas de Venezuela y Cuba.
The Atlantic: “¿Por qué aceptar una propuesta de paz cuando el objetivo es la ‘guerra permanente’?”.
Monika Fox brilla por fin ahora en la internet cubana, para recordarnos que no conocemos las dimensiones groseras de nuestra debacle. Ni tampoco, lo grotesco de nuestro carnaval.
“Hay un horror arcaico en esta sed de sangre que ya no creía posible en estos tiempos. Esta masacre tiene el patrón de la aniquilación mediante pogromos, un patrón que los judíos conocen desde hace siglos”.
“Te voy a decir algo. Prepárate, ponte fuerte. Lo estábamos esperando: se murió tu papá, Orestico”.
“¿Eres menos hombre si no eres padre? Esa pregunta me ha acosado durante décadas. Pero he aprendido a amar mi vida sin hijos”.
“No había ningún motivo para charlar con Leonardo Padura y los había todos. No tenía ningún libro que promocionar, y por eso hablamos a pierna suelta de casi todo”.
Abrir y cerrar las páginas de ‘La puta y el hurón’ (Éditions Fra, 2020) fue, durante un tiempo largo, ritual de desesperanza para mí; es decir, para el país de donde vengo, el que soy y desde el cual la narradora de esta novela tan bien acompaña.
Una mujer rebelde que usó las palabras como arma de liberación, en tanto arrastró con pesar la vida que había sido pensada para ella, su gran cruz.
Pensaba que las notitas de amenazas bajo la puerta eran una broma de mal gusto. También el DM en Instagram como respuesta a mi texto sobre la fiesta del agua: ‘Te vamos a partir las patas’.
Yaya Panoramix (Santiago de Cuba, jueves 26 de diciembre de 1985) es hija de un guardaespaldas, nieta de un coronel, pero no tuvo ningún privilegio, puntualiza. Más que influecer, se define como “simplemente foquera”.
Necesito un refugio: alguien debe darme una palabra para anular el miedo… El duende no llega si no ve la posibilidad de muerte, si no sabe que ha de rondar su casa.
Israel ha pedido a la ONU que evacue a más de un millón de palestinos del norte de Gaza en un plazo de 24 horas, insinuando una posible operación terrestre.
¿Pudiera ser la canción comprometida, el rap contestatario, el punk rock u otro “Maleconazo” lo que revierta el diletantismo político en acción cívica de la mayoría?
En los últimos años de la década del noventa, apareció en La Habana una copia en VHS de Azúcar amarga, de León Ichaso. Un clásico instantáneo. No sé cómo entró al país. La gente se la pasaba con un secretismo tremendo. Las actuaciones principales son maravillosas. Hoy me alegra poder hablar con Larry Villanueva, de orilla a orilla.