“Hay un horror arcaico en esta sed de sangre que ya no creía posible en estos tiempos. Esta masacre tiene el patrón de la aniquilación mediante pogromos, un patrón que los judíos conocen desde hace siglos”.
	
	“Hay un horror arcaico en esta sed de sangre que ya no creía posible en estos tiempos. Esta masacre tiene el patrón de la aniquilación mediante pogromos, un patrón que los judíos conocen desde hace siglos”.
Ariel Camejo es doctor en ciencias literarias por la Universidad de La Habana y con él conversamos sobre tropos, alimentación y lenguaje en Food Monitor Program.
El posicionamiento de activos militares en el Mediterráneo podría desviar la atención de Ucrania y afectar acuerdos con Europa y Estados Unidos.
“No había ningún motivo para charlar con Leonardo Padura y los había todos. No tenía ningún libro que promocionar, y por eso hablamos a pierna suelta de casi todo”.
Un testimonio de la política cultural española al final del periodo socialista.
	“El Ministerio de Cultura le invita a uno, por primera vez en veinte años, a un viaje al extranjero, a Cuba en este caso. El escalafón se mueve. Esto es el éxito”.
	El bollo ʻrealistaʼ de una modelo real o el bollo ʻidealʼ del pintor.
	¿Cómo hubiera sido esta Isla sin ese desvío impuesto por un experimento demencial?
	Los submarinos de la clase Yasen-M son los más avanzados de Rusia, con tecnología punta, misiles hipersónicos y excepcionales capacidades de ocultación.
	Capítulo de la novela ‘El gen de Dios’ (Colección Mariel, Hypermedia, 2018). La Colección Mariel recoge los 11 títulos más emblemáticos de esta generación.
‘Zona de confort’ es una entrega de la serie ‘Cosa seria’, una columna de opinión del artista Omar Santana, en ‘Hypermedia Magazine’.
“Mi rutina diaria en Miami es muy simple: casi todo mi tiempo lo dedico a pintar”.
Digo NO a la Bienal de La Habana porque existe una organización criminal conjunta en el poder que encarcela a artistas, a activistas y opositores al régimen.
“Espero ser lo más sincera posible cuando te hablo de las agonías, tristezas, pero también de lo sensual, lo empoderado, del amor y el desamor”.
	La revolución criminalizó muy pronto la palabra: «lumpen». El cortometraje P.M. fue acaso su primera víctima.