“Por pura coincidencia, he estado leyendo a Fina García Marruz durante este mes en que se cumplen dos años de su muerte. Leyendo unas cartas suyas a Julián Orbón”.
“Por pura coincidencia, he estado leyendo a Fina García Marruz durante este mes en que se cumplen dos años de su muerte. Leyendo unas cartas suyas a Julián Orbón”.
Human Rights Watch insta a la ONU a excluir a Rusia, China, Cuba y Burundi del Consejo de Derechos Humanos, citando graves violaciones y abusos. La votación será el 10 de octubre.
La defensora iraní de los derechos de la mujer, Narges Mohammadi, encarcelada por su activismo, gana el Premio Nobel de la Paz.
Reuters: “Hoy el país se enfrenta a un intento de golpe de Estado. Hoy el país se enfrenta una vez más a intereses para que la democracia en Bolivia se vea truncada”, dijo el presidente Luis Arce.
Cuatro personajes que expresan con fuerza ʻalgoʼ de la identidad nacional: Cecilia Valdés, Fotuto, Elpidio Valdés y Pánfilo.
“¿Podemos referirnos a un sexo “dado” o a un género “dado” sin preguntarnos primero cómo se da el sexo y/o el género, a través de qué medios?”.
WSJ: “La pregunta es si ahora o después. La estrategia aboga por hacerlo ahora, aunque políticamente podría ser mejor más adelante”.
WLRN: “El Departamento de Estado reconoció a la exiliada cubana de Miami María Werlau, que se enfrenta al programa de exportación de médicos y mano de obra de Cuba, entre quienes luchan contra el tráfico de seres humanos”.
¿Cómo iba a convertirse en un buen personal de servicio, alguien a quien le habían inculcado que servir a otro ser humano era denigrante?
Una lectura de Julián del Casal desde la periferia de ese campo interpretativo, donde se confrontan y cruzan: literatura, poder y representación.
Lector en el exilio, después de leer este texto, dona a tu medio independiente digital favorito. Con ellos funcionando, la dictadura cubana no puede durar mucho más.
No sabemos convivir en la contradicción, en el diálogo libre y respetuoso. En cuanto advertimos alguna divergencia la convertimos en blanco de una “batalla de ideas”.
“La aceptación por parte del público no debe ser un fin, es algo que viene después, como un extra”.
Miguel Díaz-Canel es un orador pésimo, sin carisma, cuya autoridad es cuestionada por haberla heredado de Raúl Castro vía dedazo; parece estar seco de ideas e iniciativas, incluso a ratos da la impresión de que detesta su trabajo.