“La fábula trágica de Frankenstein y su creación se aferra a la médula del imaginario humano como alegoría tanto de la otredad como de la infinita soberbia humana”.
“La fábula trágica de Frankenstein y su creación se aferra a la médula del imaginario humano como alegoría tanto de la otredad como de la infinita soberbia humana”.
En lugar de ser convertida por la turba en un ser odiante, ella solo sintió pena y compasión por sus atacantes.
Según informe, China y Cuba acuerdan establecer una base de espionaje de alta tecnología cerca de Florida. El acuerdo supone un importante flujo de divisas hacia La Habana y refuerza la presencia de Pekín en la región.
Archivos secretos de Hamás revelan una amplia vigilancia sobre los palestinos en Gaza, dejando al descubierto una red que controlaba la actividad política, las redes sociales y las vidas privadas.
Ulises Toirac Abelenda es guionista, director, dramaturgo y actor humorístico. Sobre sus consideraciones respecto al presente y perspectivas de la vida cultural y cotidiana de Cuba, conversamos con él.
Teniendo entre 10 y 12 años, Chocolat fue vendido por el precio de 18 onzas de oro a la familia Castaño, originaria del País Vasco.
The Wall Street Journal: “Algunos de los ‘agitadores externos’ contra Israel son compañeros de viaje de La Habana”.
solo siete años tiene el niño. el marido de su madre dice que sacará de él un buen hombre de trabajo. por las tardes lo lleva a la entrada del bosque.
Carlos González Arenal (La Habana, Cuba, 1970) es director de cine, guionista y fotógrafo. Ha dirigido y escrito cortometrajes y documentales. Reside en Madrid.
Una interesante lectura de Indómito, de Vladimir Hernández, ganador del Premio Internacional de Novela L.H. Confidencial
Empecé mis treinta años en medio de la pandemia: mayo del 2020. Este sábado cumplo treinta y uno. Este es mi trigésimo primer manifiesto, donde confieso que dentro de la intranquilidad, el miedo y el nerviosismo, he encontrado una especie de tranquilidad. Felicidades, Amanda, en tu día.
Piñera se empeñó en una empresa expresionista y ‘povera’, alternativa a lo que se esperaba de un escritor cubano. Es como Rafael Blanco y Arístides Fernández. Ni siquiera es como Fidelio Ponce: más cómodo de manejar a la hora de implementar las conspiraciones de los lugares comunes nacionalistas.
“La producción de Infraestudio ocurre en la intersección de necesidades externas con obsesiones privadas: deseos ajenos y propios. Los encargos generan las partes de un sistema abierto y las obsesiones las engranan. Cada edificio, cada instalación, cada libro es una caminata en círculos sobre las mismas obsesiones”.
“El arte como necesidad, un órgano más del cuerpo, un medio que tengo para hacer catarsis, drenar el día a día y a la vez meditar. Mi trabajo nace de lo fortuito, de ese azar concurrente que se vuelve búsqueda y encuentro a su vez”.