El cine cubano, que ganó popularidad y fama en el pasado, es cosa del pasado y que no es probable que se regrese a los “tiempos dorados”.

El cine cubano, que ganó popularidad y fama en el pasado, es cosa del pasado y que no es probable que se regrese a los “tiempos dorados”.
Se va a relanzar la novela de Miguel Coyula, ‘Mar rojo, mal azul’. Meses atrás, se reestrenó ‘Cucarachas rojas’. Asimismo, Lynn Cruz ganó el año pasado el premio Franz Kafka con ‘Crónica azul’.
El dinero que salió de Cuba iba acompañado de una simple nota: “Enviamos este dinero para que los hijos de madres norteamericanas no nazcan esclavos”.
Líderes haitianos en Florida piden que se aborden las causas de la migración y critican que el Estado se centre en la militarización en lugar de en la ayuda humanitaria.
Lili Rentería (La Habana, Cuba. 1961) es actriz, directora, productora y maestra. Ha recibido numerosos premios por su trabajo teatral y cinematográfico. Debuta en el cine en 1978, en la película ‘Los sobrevivientes’, de Tomás Gutiérrez Alea. Vive exiliada en Miami.
El sábado es el mejor día / Fresco, diáfano / Como aquellas tardes / En que mordíamos almendras / A los pies de ese árbol / Que nos protegía y nos salvaba / Del miedo a morir
Rusia detiene a seis periodistas, entre ellos Antonina Favorskaya, intensificando su represión de la libertad de prensa.
“Leyendo ‘Fraude’ de Ana María Ramos una y otra vez recordé a los pacientes y perseverantes artesanos asiáticos que crean el milagro del Kintsugi: queda claro, me hicieron de retazos”.
“Parece que, además de relativo, el tiempo es algo bastante elusivo: cuando no me preguntan qué es, lo sé perfectamente; pero cuando me lo preguntan, entonces sí que no puedo definirlo”.
Queridos cubanos que me leen, lo que estamos viendo no es una versión criolla de la perestroika, como afirman muchos por ahí, sino la consolidación de lo que el húngaro Bálint Magyar ha llamado “Estado mafioso postcomunista”. El término “mafia” no es sensacionalista, ni ideológico. Tampoco un insulto barato.
No se defiende una idea, ni una Revolución que presume de su vigor y su estabilidad, con acosos, insultos, agentes que hostigan a mujeres, prisiones domiciliarias forzadas, calumnias. Ojalá las palabras se abran paso sin carros de la policía, ni detenciones, ni secuestros de teléfonos móviles, ni amenazas, ni violencia física.
Ayer 27 de enero se cruzó un límite que jamás debió haberse cruzado. No sé cómo alguien puede justificar la actitud pendenciera de un ministro y de una cuadrilla de altos funcionarios de ese ministerio, ante una decena de jóvenes. Yo pido que sean cesados de sus cargos.
¿Quién ha visto a un Ministro de Cultura dando manotazos a un joven al que se debe? —Nosotros, los cubanos. —¿Cuándo? —El 27 de enero de 2021 —¿Y quién ha visto a ese ministro, después de todo, ser reivindicado por un sistema de prensa estatal que presume de pública? —Nosotros, los cubanos, que nos merecemos un mejor ministro que ese que pega un manotazo y queda impune.