“Ahora lo que me falta es un país. Me falta un país con cuatro gatos, una madre y un mar. Eso es lo que estoy buscando”.

“Ahora lo que me falta es un país. Me falta un país con cuatro gatos, una madre y un mar. Eso es lo que estoy buscando”.
La reestructuración de USAID podría empeorar los resultados en salud global, desestabilizar entornos de seguridad, acelerar el retroceso democrático y crear oportunidades a potencias rivales.
Algunas vacunas requieren más de una dosis. Los niños pueden recibir hasta 27 inoculaciones antes de los 2 años y cinco inyecciones a la vez.
“Por menos de lo que cuesta un solo caza F-35, la NED apoya más de 1900 proyectos en más de 90 países”.
La mayoría de los cubanos jurarían, sin necesidad de hacer cálculos, que están muchísimo más cerca de 1959 que de 2059.
Como si lo representado no perteneciera a la realidad externa, sino a una zona intermedia: sueños, recuerdos, arquetipos, órganos del inconsciente.
“La humanidad, la historia, la poesía, el arte y la conexión entre nosotros como seres humanos, es lo que nunca debe desaparecer”.
Publicado con motivo del vigésimo aniversario del exilio forzado de Raúl Rivero desde Cuba, en abril de 2005.
Un espacio cerrado, íntimo, resumido en naturalezas muertas donde frutas y peces conviven con estilizados ornamentos coloniales.
“Y
“No la interrumpo / dejo que pinte / todo / lo que se vuelve tangible./ Me asusto / y respiro / para saber / si aún / soy espesor”.
Desde el momento de su muerte, como un desprendimiento total, categórico y nacional, una frase inundó el ambiente: “Yo soy Fidel”.
… es una ollita de presión: / el que entra duro se ablanda, / el que entra blandito se desbarata…
Cuánto desamor. El que se pira se convierte en una definida indefinición.
En Cuba, la política cultural es vista e instrumentalizada como una extensión de la administración social y para el mantenimiento del orden político.
Los submarinos de la clase Yasen-M son los más avanzados de Rusia, con tecnología punta, misiles hipersónicos y excepcionales capacidades de ocultación.
El mitin de Trump en Ohio se enmarca en una dura retórica sobre los inmigrantes y controvertidas advertencias electorales.
Sin candidatos capaces de disputarle la presidencia, Putin se prepara para un quinto mandato, lo que le garantizaría más de un cuarto de siglo al frente del Kremlin.
María Elena Hernández Caballero (La Habana, 1967) es poeta y narradora. Entre otros títulos, ha publicado la novela ‘Libro de la derrota’ y el libro de cuentos ‘Tres metros cuadrados de Purgatorio’, ambos por la editorial Hypermedia.
“¡Esto es demasiado…! ¡No hay quien aguante tanta tortura!”, grita alguien. “¡Aquí en esta casa no se come hoy!”.
Fulanito Pérez sale del baño. Siento tremendo asco: los mensajes a las alumnas vienen desde hace meses. Le digo todo lo que he visto. Me arrebata el teléfono.
Bastaba con que el sujeto fuese ‘negro como el ébano’ para que esto lo convirtiera en sospechoso.
“No hay oportunidad de que puedas dialogar con las instituciones, de que puedas en un espacio hacer tu activismo, crear, llevar los mensajes hacia la comunidad. Siempre está ese cerco, vigilándote las 24 horas del día, cada paso, cada movimiento”.
Conversación con Hamlet Lavastida: “El lenguaje que intenta construir el relato de la Revolución y el Estado es tan desmesurado que señala las antípodas de de sí mismo. Es un lenguaje tan cercano a la burocracia militar que podríamos pensar que la sociedad nunca se ha articulado más allá del delirio de algún lunático oficinista obsesionado con el género policiaco”.
Reynaldo Lastre: “Para entender qué es un crítico de cine en Cuba no solamente deberíamos circunscribirnos a su rol en una institución, sino a su filiación política y grado de compromiso con ella, su relación con los nuevos medios de comunicación, y su propia idea acerca de qué es una crítica de cine”.
Ronaldy Navarro (Matanzas, Cuba, 1972). Artista. Salió de Cuba en 1996. Nunca ha regresado. Creador de la página de Instagram: @sindicatodeluzyfuerza
A diferencia del escenario artístico anterior a la Revolución, cuando la prensa hablaba con regularidad sobre las tendencias no figurativas, en 1966 las publicaciones sobre el tema podían contarse con los dedos de las manos.
Lo que se presentó esa noche frente a los escritores cubanos era un Heberto Padilla prensado a varias atmósferas, licuado y refundido en una fragua violenta e implacable.