A veces pienso que la muerte es lo único que logra conmovernos. Constituye nuestra forma de creación artística, nuestro único medio de expresión.
A veces pienso que la muerte es lo único que logra conmovernos. Constituye nuestra forma de creación artística, nuestro único medio de expresión.
Ambas protestas son reflejo del descontento de la población cubana, pero, ¿cuáles son sus semejanzas?, ¿y sus diferencias? ¿Existe un punto en que ambas se encuentran?
Esa historia de que encuentran a los desaparecidos en Cuba ocurre solamente en las series de la televisión.
Examinemos estos libros pues, bajo la categoría de “Producción espiritual del exilio cubano en Miami” o la menos académica de “gente que se quiere entre sí”.
Rusia intensifica la represión contra los periodistas, deteniendo a varios por supuesto extremismo y descrédito al ejército en medio de la guerra con Ucrania.
Sánchez es conocido por sus arriesgadas maniobras políticas. Pero los últimos días reflejaron lo que los analistas consideraron una nueva altura en el teatro político español, incluso para él.
Alberto Garrandés (La Habana, Cuba, 1960) es narrador, ensayista y editor. Considerado uno de los autores más prolíficos de la generación de los novísimos. Premio Nacional de la Crítica en 2000. Reside en La Habana.
Fragmentos del libro ‘La Cuba del siglo XIX’ (Editorial Betania, 2024) de la académica española Inés Ceballos Fernández de Córdoba.
“La instalación ‘Piedra iluminada / piedra no iluminada’ de Wilfredo Prieto es una obra que desafía al espectador a cuestionar las dualidades y contradicciones inherentes a la existencia humana”.
En La Habana sobreviven los actos de repudio y se asiste a una resurrección de los poderes de la muerte civil. No hay desintegración en el polvo de las tumbas, ni huesos desperdigados, ni trozos de piel pegados a los ataúdes. Las formas de la muerte son ahora muchas, demasiadas, y el lenguaje apenas alcanza.
¿Cómo pretende la política cultura estatal definir los límites del arte que se produce en Cuba? La figura del Inspector Cultural significa volver a instaurar al policía de la cultura que flageló a Cuba durante décadas.
La representación de la mujer constituye una constante en el trabajo de Sandra Vásquez de la Horra (Viña del Mar, 1967). Pareciera ser representada a partir de la presión moral que se genera entre lo que podríamos llamar la mujer “honorable” y la “infame”: las mujeres aparecen como brujas, prostitutas, monjas, madres o diosas.
Una amiga me contó su diálogo con el chofer de una guagua. Él decía que había que cuidarse de los terroristas que rompían cristales de las tiendas; ella le preguntó su opinión sobre las tiendas en MLC. Cuando mi amiga se bajó en su parada, el chofer le gritó: “Si no te gusta, vete pa’ San Isidro”.